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Adivina quién viene esta noche

Clinton se convierte en el primer presidente de EE UU que cena con una asociación de homosexuales

Algunos grupitos de manifestantes protestaron fuera con pancartas, pero dentro Bill Clinton recibió una de las más entusiastas ovaciones de su carrera. Y es que el sábado por la noche Clinton hizo historia al convertirse en el primer presidente en ejercicio de EE UU que participa en una fiesta gay. La fiesta fue de gala, se celebró en un céntrico hotel de Washington y estuvo dedicada a recoger fondos para la Campaña por los Derechos Humanos, que con 200.000 miembros se ha convertido en el grupo de presión más poderoso de gay y lesbianas del país.Vestido de esmoquin, de pie tras el atril oficial, Clinton se dirigió tras la cena a la; 1.500 personas que componían la asistencia. "Tenemos que ampliar la imaginación de América", dijo. Y añadió que al defender a las minorías étnicas, culturales y sexuales y proponer la idea de un país multicultural su Gobierno está intentando. "volver a definir en términos prácticos los ideales inmutables que han guiado a EE UU desde el principio".

Clinton pidió al Congreso, dominado por los conservadores republicanos, que apruebe nuevas leyes para proteger a los homosexuales de la discriminación laboral. "Lo que cuenta", dijo, "es la honestidad y el talento. Ninguna otra consideración debería cerrar el paso. Cuando a alguien se le niega una oportunidad a causa de sus ancestros o su religión, su raza o su género, su discapacitación o su orientación sexual, se está violando algo fundamental. Eso es erróneo y debería ser ilegal".

El presidente fue la estrella indiscutible de la velada, logrando a pagar la presencia de la actriz Ellen DeGeneres, famosa porque, la pasada primavera, Ellen -el personaje que interpreta en una popular serie- reconoció ser lesbiana. De paso, DeGeneres proclamó que, en la vida real, ella también lo es. Hace un par de semanas, el vicepresidente Al Gore fue muy criticado por la derecha cuando, en Hollywood, declaró su simpatía por el personaje Ellen.

El sábado, Clinton, para no añadir más leña al fuego, abandonó la fiesta gay poco antes de que tomara la palabra Ellen DeGeneres. No obstante, el presidente había saludado a la actriz, a la que acompañaban su madre y su compañera sentimental, Anne Heche, en un discreto salón del hotel. Como había anunciado la Casa Blanca, el servicio secreto impidió fotografiar ese encuentro.

Elizabeth Birch, directora ejecutiva de la Campaña de Derechos Humanos, declaró que la presencia de Clinton fue una poderosa afirmación del sueño compartido de la igualdad para todos los norteamericanos". Y recordó que, según los sondeos a pie de urna, el 7% de los votantes de Clinton en 1996 fueron gay y lesbianas.

Mike McCurry, secretario de Prensa de la Casa Blanca, aseguró que la participación del presidente fue un intento de "superar las brechas entre comunidades", no diferente a su reciente asistencia a una cena de la Fundación Nacional Italoamericana. "Estas actividades", dijo McCurry, "hay que situarlas en el contexto del trabajo que está haciendo para estrechar lazos entre todas nuestras comunidades".

Las poderosas organizaciones de cristianos conservadores protestaron el sábado, y ayer seguían despotricando. Andrea Sheldon, director ejecutivo de la Coalición para los Valores Tradicionales, expresó su "asco" ante el "espectáculo de un presidente americano, besando a algunos de los más acomodados extremistas de la izquierda amoral". Ame Owens, de la Coalición Cristiana, hizo un comentario más cínico: "Si Clinton y los demócratas siguen asistiendo a fiestas de homosexuales, van a perder las elecciones en 1998, lo que, francamente, no nos hará desdichados".

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