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La caza del zorro

Durante siglos, la caza del zorro ha sido considerada como un deporte nacional. Durante el mismo tiempo también otros lo han visto como una barbaridad. (...) Cazadores y detractores de la caza se han acechado durante mucho tiempo en el Parlamento, en la prensa y en el campo, tanto que su contienda se ha convertido en un aspecto de la vida británica tan tradicional como la caza en sí misma. (...)La minoría que apoya la caza puede mermar pero su número sigue siendo importante y creen apasionadamente que una prohibición de la caza sería una agresión a la cultura y tradiciones rurales. Si el fomento del bienestar de los animales fuera un objetivo político primordial, la principal prioridad sería limitar la explotación industrial ganadera por el trato cruel que causa a millones de animales. O quizás el Gobierno podría legislar a favor de controles más estrictos en las pruebas con animales, yendo más lejos que las nuevas restricciones voluntarias en la industria cosmética que ha anunciado esta semana.(...)

De todo el daño que los humanos infligen a los animales, el causado por la caza del zorro es mínimo. Apoyar su prohibición serviría simplemente para salvar las conciencias de unos a expensas de las de otros. (...) Los cazadores deberían encontrar algún otro modo de divertirse. Pero convertir cazadores en criminales sería un acto de intolerancia tan difícil de justificar como la caza en sí misma.

9 de noviembre

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