La trama suiza, en paralelo a la española

El primero que metió a Mariano Gómez de Liaño en el baile, durante la instrucción del caso Banesto, fue Mario Conde. En su declaración ante el juez Manuel García-Castellón, el ex banquero vino a decir que Gómez de Liaño era uno de sus administradores reales.

"Las órdenes provienen o de Francisco Cuesta [otro administrador de Conde] o, en los casos más importantes, de don Mariano Gómez de Liaño". El juez, al enviar el 23 de diciembre de 1994 a Conde a la prisión de Alcalá-Meco, escribió en el auto que Liaño, sin nombrarle, era "administrador real de Mario Conde".

El 19 de enero de 1995, Liaño declaró como testigo. Dijo, contra lo que había declarado Conde: "No he sido nunca representante legal ni administrador de Mario Conde, de ninguna de sus sociedades, ni a título personal. Soy exclusivamente su abogado personal y de confianza".

Y respecto a Asni Investments, señaló: "Es una sociedad anónima suiza cuyos accionistas tienen que estar en el registro mercantil correspondiente... Sus inversores son clientes del señor Gallone [Paolo, abogado y administrador de la sociedad hasta su dimisión].

El 6 de febrero de 1996, Gallone declaró en Suiza que Asni, Jamuna y Kaneko fueron creadas a petición de Llaño y Francisco Javier Sitges, y que Conde le visitó en Lausana para pedirle una sociedad a fin de canalizar su patrimonio privado. Sería Kaneko.

Sitges ya había salido en el sumario. Era socio de Liaño en Inversiones del Condado. Y en Mefasa, astillero de yates de lujo, estaban Sitges y Valyser. Asturiana del Zinc avaló letras por 537,3 millones a Valyser para entrar en Mefasa. Sitges, además, recibió de Valyser un préstamo de 100 mi llones a tipo de interés cero.

Sitges y Liaño, además, también se asociaron formalmente con Conde y Arturo Romaní. Los cuatro, juntitos, crearon en 1989 la Fundación Melvin en Liechtenstein a 25% por cabeza. Melvin gestionó préstamos y movilizó y recibió dinero de las sociedades suizas.