Un golpe de palacio saca del Kremlin al millonario Berezovski
En un golpe palaciego más propio de los tiempos de los zares, los dos viceprimeros ministros rusos, Anatoli Chubáis y Borís Nemtsov, se han deshecho de su principal enemigo: Borís Berezovski. El vicesecretario del Consejo de Seguridad, uno de los hombres más poderosos de la corte de Borís Yeltsin, y cuyo poder viene de sus muchos millones y de su control de periódicos y canales de televisión, ha perdido la batalla. Sus dos rivales lograron convencer el martes al presidente de que firmara el decreto del cese.
Puede que la solución a esta crisis desarrollada en los pasillos del Kremlin tenga, a la postre, tanta o más trascendencia que la batalla que, durante semanas, libraron el jefe de Estado y la Duma. En este último caso, se llegó a un compromiso que evitó la disolución de la Cámara, cuyo presidente, el comunista Guennadi Selezniov, aseguró ayer que el cese de Berezovski es "un maravilloso regalo" para el 80º aniversario de la revolución bolchevique.Berezovski fue el único ruso, junto a Yeltsin, incluido por la revista Vanity Fair en su lista de las 65 personas más poderosas del planeta. Forbes llegó a decir que era el hombre más rico de Rusia. El magnate se ganó la confianza y el agradecimiento del presidente cuando el año pasado, junto a otros seis banqueros, puso su dinero y su influencia al servicio de lograr la reelección de Yeltsin e impedir la victoria del comunista Guennadi Ziugánov.
Luego, pasó factura y entró en el Kremlin por una puerta falsa (como número dos del Consejo de Seguridad) que disimulaba apenas la auténtica importancia de su posición. En un sistema en el que el poder real, como en toda corte que se precie, se mide en términos. de acceso al monarca, supo abrirse camino hacia el despacho de Yeltsin a través de dos personajes clave: Valentín Yumáshev, jefe de la administración del presidente, y la hija menor de éste, Tatiana Diachenko, asesora de su padre y, según diversas fuentes, el principal filtro para llegar hasta él.
El choque definitivo
Su choque con Chubáis y, sobre todo, con Nemtsov se produjo cuando los dos vicejefes de Gobierno pusieron en marcha, el pasado verano, la privatización parcial de Sviazinvest, el gigante telefónico ruso. Por vez primera desde la desaparición de la URSS, cinco años y medio antes, ganó la puja el mejor postor, cuya cabeza visible era VIadímir Potanin, ex viceprimer ministro y presidente de Oneximbank. Berezovski, que en teoría abandonó los negocios cuando entró en el Kremlin, estaba aliado al consorcio perdedor. Inmediatamente, puso en orden de batalla a todo su imperio informativo, incluidos los canales de televisión TV-6 y ORT (éste último de mayoría estatal pero que se las arregla para controlar) y arremetió furiosamente contra los cachorros de la reforma, Chubáis y Nemtsov.Incluso utilizó la carta étnica, al opinar en público que Nemtsov jamás podrá ser presidente debido a su ascendencia judía y al fuerte antisemitismo que persiste en Rusia. Curiosamente, el propio Berezovski es judío, e incluso se vio envuelto en un escándalo poco después de su nombramiento, hace un año, cuando se supo que tenía pasaporte israelí. Fue una pelea de gallos en la que Nemtsov utilizó la mejor de las armas a su alcance: acusar a su enemigo de seguir haciendo negocios desde el Kremlin. Ayer, logrado su objetivo, volvió a insistir en esa idea y afirmó que Yeltsin ha dado un paso muy importante para "dejar atrás el capitalismo oligárquico". Por su parte, Berezovski descalificó a Nemtsov, de quien dijo que "no está capacitado' para desarrollar tareas serias". Preguntado si piensa que el primer ministro y supuesto aliado, Víktor Chernomirdin, puede recibir también en breve la carta de despido, señaló: "Pregúntele a Chubáis y Nemtsov".
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