El euro sin Blair

El Reino Unido ha arrojado sus cartas. El ministro de Hacienda, Gordon Brown, ha definido ( ... ) ante la Cámara de los Comunes sus opciones sobre el curo. Una buena noticia: el Gobierno laborista ofrece su acuerdo de principio para su participación en la tercera fase de la UEM, que deberá, en cualquier caso, ser sometida a referéndum. ( ... ) Pero hay una mala noticia: su adhesión no se realizará antes de cinco, seis o incluso siete años. En suma, Blair pone punto final a años de retórica conservadora antieuropea. ( ... ) La forma es euroentusiasta; el fondo, europrudente. , ( ... ) Se podría haber esperado que un primer ministro ( ... ) se empeñara en convencer a sus ciudadanos de los beneficios de una adhesión más rápida en el curo. ( ... ) ¿Cómo Blair, que se ve como líder europeo, podrá realizar sus ambiciones si permanece al margen de la zona del curo? Su país estará ausente de los nuevos lugares de poder en el seno de la Unión, los lugares donde se tomarán las verdaderas decisiones en el ámbito económico y financiero y en el que no figurarán más que los países participantes en la tercera fase de la UEM. ( ... ) Al margen de una UEM que influirá a diario en la vida de cada país de la Unión, el Reino Unido podría verse transformado en un espectador frustrado. ( ... ) Es un perjuicio no únicamente para el Reino Unido, sino para Europa, que, en unos meses de Gobierno de Blair, ha podido apreciar la calidad de la contribución británica. 29 de octubre.