30 enfermeros del psiquiátrico de Leganés denuncian falta de higiene
"Enfermos que consumen drogas (desde hachís hasta heroína), ausencia de medidas de seguridad, masificación de pacientes, pasillos que amanecen por la mañana llenos de vómitos, heces, salivazos y restos de sangre...". Los 30 miembros del servicio de enfermería de la unidad de agudos del hospital psiquiátrico de Leganés han redactado un incendiario comunicado en el que denuncian toda una retahíla de deficiencias que afectan a ellos y a los 42 internos de su módulo.
La unidad de agudos del hospital José Germaín, en Leganés, dependiente de la Consejería de Salud y Servicios Sociales, alberga a los enfermos con patologías más graves y, en ocasiones, violentos. En este módulo, cerrado, no es excepcional que haya refriegas y agresiones a los cuidadores. La ausencia de seguridad, de guardias suficientemente robustos capaces de reducir a un interno incontrolado, constituye una de las principales reivindicaciones del colectivo de enfermería, que ha decidido denunciar públicamente las deficiencias del centro "ante la falta de soluciones" de la dirección. "Es verdad que hay agresiones al personal de enfermería", admite el director del hospital, Manuel Desviat. "Los pacientes de esta unidad, algunos incluso con problemas judiciales, son difíciles de manejar". Pero esa inseguridad está en vías de solución: "Ya hemos contratado a tres vigilantes, uno por cada turno, que empezarán a trabajar el próximo 1 de noviembre", anuncia Desviat.La suciedad -vómitos, heces, salivazos o manchas de sangre...- con que suelen amanecer algunos pasillos del módulo, y el consiguiente "foco de infección" que ello genera, es otro de los problemas que preocupa al servicio de enfermería. Esa suciedad se debe a que por la noche no hay nadie que limpie el centro. El director admite que esta queja es fundada, pero asegura que también está en vías de solución. "Voy a sacar de donde sea el dinero para que, a partir del próximo día 1, se quede una limpiadora por la noche".
El máximo responsable del psiquiátrico de Leganés asegura, por otro lado, que ya dispone de 20 millones de pesetas para solventar otra de las grandes quejas del servicio de enfermería: la inutilidad de la valla que rodea el centro, rota y pla
nemos que acoplar a internos en el pasillo, en sofás, por falta de camas", se quejan. "También hay problemas con la lencería, lo que propicia que muchos internos salgan al pasillo casi desnudos, sin ropa interior". Desvíat asegura que esta queja, y otras de tinte laboral que plantean los enfermeros, constituyen "una escandalosa exageración" o no se ajustan a la verdad.
gada de agujeros. Es, junto con algunos familiares de pacientes, una de las vías de entrada de la droga en la unidad. El consumo de drogas perjudica al enfermo, fractura los programas de deshabituación y activa las agresiones. "La nueva valla estará puesta en enero", dijo Desviat.
Los enfermeros denuncian también el desajuste entre el número de cuidadores y el de internos. "Algunas noches te
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