"Volveré, Curto, volveré"

Josep Maria Sala presentó formalmente su dimisión como diputado autonómico y senador a las dos de la tarde de ayer en el Parlament. El político socialista entró en la Cámara catalana escoltado por el secretario de organización del PSC, José Montilla, y una numerosa guardia pretoriana de diputados socialistas, no sólo partidarios de Sala, sino también de Obiols.Haciendo gala de un buen estado de ánimo, Sala se entretuvo por los pasillos del Parlament, saludó a cuantos ex colegas encontró y recibió los saludos corteses de diputados de otros grupos, entre los que destacó, el del jefe de filas del PP, Josep Curto. "Volveré, Curto, dentro de unos años volveré", se despidió Sala con una sonrisa de oreja a oreja.

Josep Maria Sala será relevado en la Cámara catalana por Santiago Riera, que fue diputado en la anterior legislatura. El PSC aún no ha decidido quién sustituirá a Sala en el Senado.

Todas los dirigentes del PSC tomaron la palabra en la reunión de la ejecutiva de anoche lo hicieron para expresar su apoyo y solidaridad con Sala, cuya condena consideran injusta y propia de un proceso político más que de un juicio justo. Todos, desde Raimon Obiols -con quien Sala comparte una acérrima enemistad mutua- hasta Miquel Iceta, pasando por Serra, Joan Reventós, Jordi Solé Tura, Joan Blanch, Manuela de Madre o Antoni Santiburcio, intervinieron en el mismo sentido.

Serra aseguró que los pocos ausentes de la reunión (entre ellos, el alcalde de Girona, Joaquim Nadal, cuya ciudad está de fiesta mayor) conocían su propuesta y estaban de acuerdo con ella. Tras lo cual preguntó expresamente si había alguien que estuviera en desacuerdo. Nadie abrió la boca.

"Sala es inocente y la condena es injusta, así que nosotros no nos vamos a echar ahora más sal en la herida". Frases como ésta frecuentaron a lo largo del día de ayer los labios de muchos dirigentes del PSC para justificar su rechazo a la posibilidad de que Sala hubiera de dejar la ejecutiva.