Japón se instala en la incertidumbre sobre su futuro
ENVIADA ESPECIALAunque el entusiasmo volvió ayer a los mercados asiáticos tras el tirón de Nueva York, en el caso de Tokio los analistas se muestran cautelosos. Con todo, la recuperación se hizo evidente desde la apertura del mercado y el Nikkei, el índice de los 225 valores más líquidos, recuperó 544,35 puntos y acabó la sesión en 16.857,04, una ganancia del 3,34%.
Sin embargo, la precaución presidía todos los análisis. Ese grado de incertidumbre está motivado por los problemas específicos de la Bolsa de Tokio, entre los que destacan el impacto del frenazo económico en los países vecinos, el débil crecimiento de su propia economía y los escándalos por extorsiones que han salpicado a las agencias de valores.
"Ha sido como un jarro de agua fría en un baño que ya estaba frío", describe de una forma muy gráfica Kazuei Tokado, catedrático de Economía de la Universidad de Kanda. En su opinión, el problema radica en que "no se prevé una pronta recuperación". Y no tanto porque haya dificultades de base, sino porque está costando mucho recuperar crecimiento anterior. Con todo, Tokado confía en una pronta recuperación del consumo privado y de la inversión que permitirán "volver pronto a una fase ascendente".
De momento, sin embargo, la caída tan brusca del mercado ha frenado las expectativas y, sobre todo, ha extendido la sensación de que un susto similar puede volver a repetirse. "Se trata del factor psicológico", admite Tokado, quien añade otros dos factores no coyunturales a ese clima de prudencia que ayer distanció a Tokio de otros mercados.. "Uno", explica, "es la desconfianza en el sistema financiero a causa de los escándalos de las extorsiones y otro el diferente peso específico que tiene el ahorro familiar de los japoneses en la Bolsa frente al de estadounidenses o europeos".
En efecto, el fenómeno de los sokaiya, los extorsionadores que exigen dinero a los directivos de empresas para no provocar altercados en las juntas de accionistas, ha salpicado a las grandes compañías. En las últimas semanas, altos ejecutivos de Mitsubishi, Mitsui y las cuatro principales agencias de valores del país (Nomura, Yamaichi, Nikko y Daiwa), han sido detenidos por estos pagos ilegales. Por otra parte, las familias japonesas -con una de las tasas de ahorro más altas del mundo- prefieren colocar su dinero en libretas bancarias a bajo interés antes que arriesgarse en la Bolsa.
Las Cuatro Grandes (como se conoce a las principales agencias de valores japonesas) ya han advertido de que la Bolsa continuará bajando a menos que el Gobierno adopte medias concretas para relanzar la economía.
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