Boca vence a River y es líder

Menos fútbol de alta calidad, el encuentro clásico de la Liga argentina entre el River y el Boca tuvo todo lo que podía esperarse de él. Pasión y sol en las gradas al comienzo, viento y lluvia en el dramático final. El primer tiempo fue del River, que dominó, hizo un gol y tuvo mayor ambición. En el segundo, ya sin Maradona, el Boca alcanzó el empate, pasó a ganar y se llevó todo, hasta el liderato.

Ése, el de "hijos- nuestros", era el canto final de toda la hinchada del Boca que ocupaba la tercera parte del estadio. Y nada duele más que ese grito.

La sustitución de Maradona tras el primer tiempo fue una de las claves de partido. El propio jugador le dijo al entrenador Héctor Veira, que no podía continuar porque se había resentido de la lesión muscular que le afecta desde hace un mes. Veira hizo entonces dos cambios. Sacó al marcador lateral derecho Vivas y desplazó hacia esa zona del campo al volante Toresani. Por Vivas entró Caniggia y por Maradona el juvenil Riquelme. A los dos minutos de iniciada la segunda parte, en una llegada por la derecha de Toresani -que definió con precisión un exacto pase de Diego Latorre- Boca igualó un partido que hasta entonces perdía en el marcador y en el juego. El River había sido más ambicioso, más decidido en el ataque aunque marcó un sólo gol. El chileno Salas le bajó de cabeza un balón a Berti en la entrada del área y el ex jugador del Zaragoza definió con un remate de pierna izquierda al poste izquierdo del portero colombiano Óscar Córdoba.

Cambio de control

El River nunca volvió a recuperar el control del partido desde que empató el Boca. Quiso ganar de cualquier modo. Tal vez le pesaba demasiado la historia de derrotas y empates contra el clásico rival. En los 20 minutos siguientes perdió su capitán, Hernán Díaz, expulsado por doble amonestación, y también el partido en una jugada confusa. Tras un centro sobre el área pequeña, que Palermo remató de cabeza al gol, todo el equipo del River se quejó de la supuesta obstrucción de un defensa del Boca contra su portero. El colegiado no atendió a esas protestas ni a las que le hicieron después, cuando el defensa Bermúdez cometió un claro penalti contra el delantero Galliardo. No era ya la noche del River. La lluvia se confundía con las lágrimas de impotencia de muchos de sus aficionados. Aún con 10 jugadores el equipo buscaba empatar el partido, pero el Boca resistía metido atrás y en dos contraataques pudo aumentar la diferencia. Los del Boca no hacían más que cantar. Y todavía siguen festejando. Ayer por la mañana, cuando todavía no habían pasado más de 12 horas, en Buenos Aires se habían pegado carteles que, sobre el fondo de una bandera del River, decían: "Gracias por tanta alegría". Carteles con el escudo del Boca.