Ajustes de cuentas a la orden del día
En el espeso ambiente de Belgrado los asesinatos callejeros se han convertido en moneda corriente desde que la política y el crimen organizado comenzaron a entremezclarse en el floreciente mundo del contrabando que siguió a la imposición de sanciones internacionales a Serbia en 1992, por su papel instigador en la guerra de Bosnia-Herzegovina. Por la capital serbia deambulan hoy con total impunidad notorios pistoleros en paro asociados al exterminio y la purificación étnica del país vecino: su estrella, Ze1jko Raznatovic, de nombre de guerra Arkan, feliz esposo de una cantante de moda y destacado miembro del todo Belgrado.Zoran Todorovic, Culata, es la segunda personalidad política de cierto relieve víctima de un atentado este año en la ciudad. Le ha precedido el general Radovan Stojcic, Bruto, un incondicional de Milosevic, jefe de la policía serbia y subsecretario de Interior, que fue abatido en abril por una ráfaga en un restaurante céntrico. Dos meses más tarde era muerto a tiros en los bajos de un centro comercial de Nuevo Belgrado VIada Kovacevic, el Trébol, un íntimo amigo del hijo de Slobodan Milosevic, Marko, conocido por el Principito por el pueblo, y al que como a éste se asociaba con el contrabando a gran escala de tabaco y auto móviles. Ninguno de los autores de estos asesinatos, ejecuta dos con precisión quirúrgica, han sido descubiertos.
"En algunos barrios de la capital, las muertes violentas, los robos a mano armada y las violaciones se han multiplicado por tres desde 1990 explica el profesor Dobrivoje Radovanovic, del Instituto de Investigaciones Sociológicas. "La desastrosa situación económica es campo abonado para la delincuencia organizada, que se ha entremezclado con las estructuras del Estado... Todos los partidos políticos obtienen una parte de sus fondos ede actividades ilegales", explica.
La situación económica de lo que queda de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) ha puesto a un tercio de la población, poco más de 10 millones, por debajo del nivel de supervivencia. Hay más de tres millones de pobres, de ellos 650.000 en situación desesperada, según la profesora Gordana Matkovic, del Instituto de Economía. La gente cobra sus salarios con meses de retraso, incluyendo los pensionistas, y el paro real se sitúa por encima del 50%.
La deuda por el pasado suministro de gas con la monopolista rusa Gazprom, que reclama Moscú y según los expertos supera los 250 millones de dólares -más que sus reservas de divisas- pone en peligro la calefacción de los serbios este invierno. Estados Unidos sigue manteniendo a Yugoslavia fuera de los circuitos crediticios internacionales, por su negativa a cooperar con el Tribunal de La Haya que juzga los crímenes de guerra y por la mano de hierro de Milosevic sobre la provincia sureña de Kosovo, de mayoría étnica albanesa.
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