Schumacher y Villeneuve, en la cuenta atrás
Jerez vive hoy el último ensayo antes del desenlace final de la fórmula 1
/ J. M. HERMOSO / Jerez
De las palabras al asfalto. De las perspectivas previas a la realidad del volante. Michael Schumacher y Jacques Villeneuve se enfundaron ayer sus monos ignífugos para empezar una lucha que no tiene favorito. Ni los expertos, con sus comentarios, ni los propios protagonistas, con su actitud en la primera jornada del decisivo Gran Premio de Europa, decantan todavía la balanza. La clasificación para la parrilla de salida, después de los entrenamientos de hoy, será el primer dato útil para enfocar el desenlace del campeonato del mundo de fórmula 1.
Los últimos días han conocido opiniones y encuestas para todos los gustos. Se busca respuesta a la pregunta del millón: ¿quién será campeón, Schumacher o Villeneuve? El escaso punto de ventaja que posee el piloto alemán antes de afrontar la última carrera de la temporada no parece argumento suficiente. La premisa del fin de semana -quién quede delante del otro es campeón- obliga a la prudencia en los pronósticos. Y prácticamente hay tantas voces que señalan al alemán como favorito como las que apuntan hacia el canadiense.
En caso de que Villeneuve acabe delante de Schumacher, aún sin ganar la carrera -siempre que sume algún punto-, y que ambos acaben el Mundial empatados a puntos, el título será para el canadiense por mayor número de victorias (hasta ahora suma siete por cinco de su rival).
"Cualquiera puede vencer. Están al 50%", anuncia el austríaco Gerhard Berger, el más veterano de los que corren este gran premio y que colgará el casco mañana por la tarde. La opinión autorizada de Berger tiene seguidores. Su compañero de equipo Jean Alesi, por ejemplo. "Esto es una lotería", dice. También se apunta al carro neutral el cuatro veces campeón Alain Prost, cuya sentencia salomónica refleja la incertidumbre existente: "El Williams es el mejor coche, pero Schumacher es el piloto que tiene más experiencia".
Sin embargo, hay quien se moja. El todavía campeón, Damon Hill, defiende la candidatura de su compañero del año pasado, y también votan por Villeneuve el finés Mika Salo y el francés Olivier Panis. En el grupo de partidarios de Schumacher se encuentran su hermano Ralf y el británico Johnny Herbert. También se decanta por el piloto de Ferrari otro ex campeón, Niki Lauda: "Michael es superior a Villeneuve porque controla mejor los nervios y con los dos títulos que ya posee parece más equilibrado. Si los dos coches funcionan perfectamente, Schumacher es el favorito".
Sin embargo, los ojos de millones de aficionados no vivirán sólo pendientes de lo que hagan los dos pilotos que luchan por el título. Existen dos protagonistas secundarios que pueden desempeñar papeles fundamentales: Eddie Irvine y Heinz Harald Frentzen, los número dos de Schumacher y Villeneuve, respectivamente. Como es lógico, ambos apuestan por sus jefes, y esperan poder ayudar en la decisión del título.
Precisamente tanto Irvine como Frentzen se encuentran en el punto de mira de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y de los rectores de la f 1, empezando por el amo Bernie Ecclestone. Nadie quiere que el excitante duelo por el título se decida por alguna maniobra discutible de los lugartenientes, especialmente del compañero de Schumacher, quien posee un historial repleto de incidentes.
Existe otra posibilidad que favorece a Schumacher: que ni él ni Villeneuve terminen la carrera. Un choque que eliminara a ambos convertiría automáticamente al alemán en tricampeón mundial. Ya ocurrió en 1994, cuando se jugó el título ante Damon Hill en Australia. Sin embargo, todos los movimientos que se produzcan en Jerez serán sometidos a un análisis profundo, y nadie espera maniobras fuera del límite de los reglamentos. "Quiero una lucha leal en la pista", dice Schumacher, "y que gane el mejor".
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