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Ascensión de alto riesgo

El aeropuerto cierra un pasillo rodante en rampa por las caídas que provocaba

Vicente G. Olaya

La planta baja de la terminal de vuelos nacionales y el primer piso de la de vuelos internacionales de Barajas han estado unidas durante tres semanas por un pasillo rodante e inclinado de unos veinte metros de longitud. Debido a su inadecuado diseño, durante el tiempo que ha estado en marcha se han producido numerosas caídas. Las autoridades de Barajas decidieron cerrarlo el lunes hasta encontrar una solución.

Esta rampa mecánica fue diseñada para que los pasajeros pudieran subir sin esfuerzo un piso de desnivel con sus carritos repletos de maletas. Sin embargo, eso era sólo la teoría, porque la práctica ha demostrado que, cada día y según el parte de incidencias, dos personas terminaban con sus huesos sobre la cinta. A algunos, hasta se les llegó a caer encima el carrito. La cinta está en rampa de principio a fin, y las personas con poca fuerza no pueden aguantar el peso del carrito hasta el final.Un trabajador de Barajas ayudaba a que los usuarios menos fornidos superasen con su carrito el obstáculo final de la rampa. Además, el mismo empleado apuntaba las incidencias que este ingenio mecánico producía: hasta 14 diarias. "Vino una mujer con un carrito. Intentó subir, pero se cayó. Tuve que parar la cinta", se lee en sus cuartillas. "La mujer no sabía ni inglés ni español, por lo que no entendió las indicaciones que le di. Se le volcó el carrito cuando intentó llegar al final. Se cayó de bruces", escribió en otra ocasión. Otra: "Un hombre se asustó y dio al botón de alarma [que se sitúa al final de la cinta]. La cinta se paró. Los otros usuarios se quedaron atascados. No podían ni subir ni bajar, y protestaron". Y así, páginas y páginas.

Esta cinta ha costado 51 millones de pesetas. Como está en rampa, los pasajeros deben poner el freno al carro cuando suben para que éste no s deslice cuesta abajo, y quitarlo cuando llegan al final. Y ahí está eproblema: una persona con poca fuerza es incapaz de empujar, ni siquiera sostener, el carrito repleto de maletas para salir de la cinta. El portaequipajes, por lo tanto, retrocede; el pasajero intento detenerlo en un último esfuerzo y entonces, si le fallan las fuerzas cae al suelo arrastrado por el peso del portamaletas. Alguno han intentado poner el carrito sobre dos ruedas para empujarlo mejor, pero es peor. El peso le vence y pasajero y carrito terminan tirados sobre la pinta. "Fijese Cómo será, que hace unos día dos hombres decidieron llevar u carrito a pulso por las escaleras" relataron los trabajadores.Un portavoz de Barajas replicó que lo sucedido no tiene importancia, y mucho más desde el lunes, cuando se puso en marcha un montacargas para sustituir la cinta mecánica.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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