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Dos funcionarios de la prisión de Ocaña sacan de su celda a un cura y lo apalean

Dionisio A. D., un sacerdote encarcelado en la cárcel de Ocaña I, donde cumple condena por corrupción de menores, recibió una paliza presuntamente a manos de dos funcionarios, que le sacaron de noche de su celda, según fuentes jurídicas. El asunto está siendo investigado por un juzgado de Toledo, después de la denuncia cursada por el director del centro. Los supuestos agresores continúan trabajando con normalidad en el penal, aunque la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha decidido trasladarlos al servicio de puertas para evitar que puedan tener contacto con los internos.No es la primera agresión que Dionisio sufre a lo largo de su vida: en 1991, cuando ejercía su ministerio en Valdecaballeros (Badajoz), fue hallado desnudo y acuchillado en su domicilio de esa localidad. Como autor de la agresión fue enjuciado el joven José V., con el que mantenía relaciones desde 1985.

El muchacho relató en la vista oral que desde que contaba 15 años había tenido relaciones sexuales con el cura. El agresor, tras reconocer que acuchilló al sacerdote, aseguró que su intención no era matarlo, sino que los hechos se produjeron durante una discusión porque no estaba dispuesto a prolongar esa situación. Como consecuencia del testimonio del joven, el juzgado de Herrera del Duque (Badajoz) procesó al sacerdote por corrupción de menores.

El religioso, natural de la provincia de Valladolid, fue encausado en 1993 y en julio de 1994 fue condenado por la sección segunda de la Audiencia de Badajoz a dos años de prisión y a pagar una multa de 200.000 pesetas al declararle culpable de un delito de corrupción de menores.

El Legionario y su compañero

El 5 de febrero pasado, al hacerse firme la sentencia, el sacerdote ingresó en la prisión de Ocaña I para cumplir una condena de dos años y cuatro meses de reclusión por abusos sexuales.En la noche del pasado 21 de septiembre, Diego C., conocido entre sus compañeros como El Legionario, y José B. entraron en la celda de Dionisio y le trasladaron por la fuerza a otra dependencia, presuntamente apoyados por algún preso de confianza, donde le propinaron una paliza.

El agredido necesitó asistencia médica, sin que las fuentes informantes hayan podido precisar sus lesiones, aunque aseguran que "sufrió al menos numerosos hematomas por todo el cuerpo". El director del penal presentó denuncia ante el juzgado de instrucción de Ocaña, que inició una investigación que actualmente ha pasado a los juzgados de la Audiencia de Toledo.

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Un portavoz de Instituciones Penitenciarias rehusó facilitar información sobre el incidente alegando que el caso está sub iudice. Otras fuentes han explicado que el departamento que dirige Angel Yuste ha abierto "una información reservada" contra los dos funcionarios, aunque no ha adoptado ninguna medida cautelar contra éstos al haber en curso un proceso penal.

Funcionarios de prisiones calificaron el incidente de "muy grave" y señalaron que la conducta de sus compañeros recuerda "tiempos pasados", en referencia a la muerte del anarquista Agustín Rueda Sierra, en marzo de 1978, tras ser apaleado por una docena de trabajores en la cárcel de Carabanchel (Madrid).

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