Rojo asegura que bajará los tipos lentamente por el riesgo de tensiones inflacionistas
El Gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, puso ayer las cartas boca arriba de lo que será la política monetaria en el "delicado" camino hacia el euro. Bajarán los tipos de interés, pero "lentamente"para evitar que las tensiones inflacionistas derivadas del "considerable vigor" del consumo degeneren en "recesión y paro". La meta es "móvil" aunque los mercados sitúan la convergencia de tipos entre el 4,35% y el 4,50% el 1 de enero de 1999, explicó. El Gobierno debe, destinar el exceso de ingresos al déficit y evitar la tentación de aumentar el gasto: "Lo que pido es que el ajuste sea un poco mayor". Rojo enfatizó su petición de que el aumento de los salarios debe "seguir desacelerándose".
Luis Ángel Rojo compareció ayer ante la Comisión de Presupuestos del Congreso como "artista invitado", según sus palabras. Especialmente en un momento en que "los gobernadores de los bancos centrales del área de la unión monetaria están más bien despidiéndose", según explicó. Su papel consiste, añadió, en advertir de los "riesgos" que se presentan en el "delicado" tránsito hacia el euro. "El Banco de España lo tiene difícil en este periodo", según reconoció.Rojo dio por sentado que España cumplirá los criterios de convergencia para el euro, destacó que los Prespuestos del Estado para 1998 son compatibles con estos requisitos y calificó de "razonable" el cuadro, macro-económico. Igualmente, explicó que la actual evolución de los precios permitirá cumplir "con holgura" el 2,5% que la política monetaria se ha marcado como objetivo para 1997, "con el fin de aproximarse al 2% en 1998".
El gobernador remachó que "la economía española entrará en 1998 en una coyuntura propicia para afrontar con éxito nuestro futuro dentro de la unión europea". Pero explicó que estas palabras "no deben escucharse simplemente como una declaración de complacencia".
Contradicción aparente
Los riesgos son conocidos, pero en palabras del gobernador del Banco de España, adquieren para muchos la categoría de dogma. Rojo explicó ante el Parlamento la aparente contradicción entre una buena situación económica y la prudencia con que la autoridad monetaria ha administrado hasta ahora el obligado descenso de tipos de interés, "a pesar de todas las voces a favor y en contra". Lo que Rojo intenta frenar es una evolución económica "demasiado tensa, demasiado acelerada"."La Unión Monetaria", dijo Rojo, "ha de tener, en principio, un efecto expansivo sobre nuestra economía; pero una vez incorporados a ella, las desviaciones alcistas en precios y costes respecto de las otras economías tenderán a conducir, si se producen, a pérdidas de competitividad, recesiones y aumentos del paro". Es por ello "muy importante", advirtió, "que los salarios mantengan su tendencia a la desaceleración", una cuestión en la que Rojo ha hecho especial hincapié reiteradamente.
Al mismo tiempo, el Banco de España "está tratando de bajar los tipos de interés lentamente" para evitar que "la inflación levante la cabeza respecto de otros países". Pero el camino está trazado y lleva, necesariamente, a una convergencia en el precio del dinero, algo que Rojo expresó ayer abiertamente.
A España le corresponde bajar los tipos (hoy en el 5%) y a otros subir hasta una "meta móvil" que "hoy es imposible saber". Los mercados apuntan, dijo, a que "el tipo de interés que puede servir de referencia. se sitúa entre el 4,35% y 4,50% el 1 de enero de 1999". Con casi todas las cartas boca arriba, la política monetaria tiene mermadas sus facultades por lo que Rojo insistió en que la política presupuestaria debe ser más austera. Hay que evitar, dijo, que el sector público pueda impedir "el control de la inflación". Para ello, "el aumento de los ingresos debería dedicarse a reducir el déficit". "Lo que pido es que el ajuste sea un poco mayor", para aprovechar el margen que da una economía en crecimiento. Y es la "mejor oportunidad" para adoptar "medidas liberalizadoras" que aumenten la competencia.
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