Francia acelara su crecimiento económico gracias al mejor comportamiento de las exportaciones

Mientras patronal y sindicatos permanecían enzarzados en la discusión sobre cómo crear empleo sin menoscabar la competitividad de las empresas, el Instituto de Estadística francés anunció ayer que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) francés creció un 1% en el segundo trimestre sobre el trimestre anterior. El dato confirma la aceleración de la actividad económica desde mediados de 1996.Dadas las positivas expectativas de crecimiento depositadas en el tercer y, el presente trimestre, la tasa de crecimiento registrada entre abril y junio permite acercar el objetivo. del Ministerio de Economía para todo el año, cifrado en el 2,8%. Para 1998, la previsión es el 3%.

Según los datos de Estadística, la reactivación se ha basado sobre todo en el comercio exterior, mientras el crecimiento del consumo de los hogares se ha desacelerado. Las exportaciones crecieron un 6%, tras el 2,5% registrado en el primer trimestre. Las importaciones aumentaron un 3,1%, después de haber descendido un 0,2% en los tres meses previos. El consumo creció a una tasa del 0,2% mientras el poder adquisitivo de las familias subía un 0,6%.

Frente a quienes en el Gabinete de izquierda, sobre todo la ministra de Trabajo, Martine Aubry, parecen confiar toda creación de empleo al reparto del trabajo, el ministro de Economía, Dominique Strauss-Kahn, pone el acento en el crecimiento y la productividad como vía para reducir el paro.

Ayer mismo, con las últimas cifras de crecimiento en la mano, Strauss-Kahn proclamó que un crecimiento del 3% permitirá crear el próximo año no menos de 200.000 empleos.

La decisión del Gobierno francés de penalizar las horas extras, estimadas entre 200 y 400 millones anuales, busca asimismo, convertir en nuevos empleos parte de esos 110.000 a 230.000 puestos de trabajo que, según el Ejecutivo, equivalen a las horas extraordinarias.

Los informes que maneja el Gobierno muestran que el paro juvenil es un problema de primera magnitud. Entre 1990 y 1997, el número de asalariado creció en Francia en 600.000, mientras el de los jóvenes empleados de edades inferiores a las 26 años disminuyó en 700.000.