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Un hombre mata a tiros a sus padres, y a un aun amigo en Enguera, hiere a un taxista y se suicida

Jaime Palop Bas, de 46 años, sembró de cadáveres en la mañana de ayer el municipio valenciano de Enguera. Mató con una escopeta de caza cargada con cartuchos de postas a sus padres e hirió al taxista que los había conducido hasta el campo en el que, después se suicidó. El parricida había asesinado también, varias horas antes, a un conocido con el que había discutido por la venta de unos campos. Jaime Palop había tenido frecuentes disputas y rencillas económicas con su familia, a la que había amenazado de muerte. Según algunos vecinos, estaba en tratamiento psiquiátrico y últimamente se le veía muy alterado. Hace unos días comentó que tenía cinco cartuchos "preparados". Ayer los usó.

Los disparos en un campo de la partida de Vistabella, desde donde se divisa Enguera, alertaron pasadas las nueve de la mañana a los pocos labradores que trabajan sus tierras en la zona. El parricida acababa de disparar con una escopeta de caza sobre su madre, Rosa Bas Bañón, de 69 años y su padre, Jaime Palop Gómez, de 76 años, a los que ya había amenazado de muerte en alguna ocasión. Jaime Palop Bas destrozó la mano derecha de un disparo a José Esteve Marí, de 56 años, el taxista que había conducido al campo familiar a los progenitores del homicida y que pudo escapar marcha atrás. Cuando los agricultores se acercaron para saber qué había ocurrido, sólo encontraron tres cadáveres. Todos ellos tenían un disparo de cartucho de postas: el padre en el abdomen y la cabeza; la madre, en el tórax, y él en el pecho. El taxista, con una mano destrozada, consiguió llegar al ambulatorio de Enguera.Primera víctima

Pero la matanza no había comenzado en ese lugar. Según fuentes cercanas al caso, Jaime Palop se dirigió, posiblemente aún el miércoles, a una caseta de campo a unos cuatro kilómetros de Enguera, en la partida del Saytón. Allí mató a tiros a Julián Vila Perales, de 51 años, con el que solía tomarse alguna copa en los bares del pueblo. Varios vecinos explicaron ayer que ambos habían tenido días antes una discusión en la plaza principal de Enguera (unos 5.000 habitantes). Al parecer, Jaime quería comprar a su amigo unos campos de naranjos, pero no hubo acuerdo económico entre los dos hombres.

El cadáver de Vila, la primera víctima, que quedó tumbado justo a la entrada de la caseta donde guardaba sus aperos de labranza, fue el último en ser descubierto. La Guardia Civil Ya había acordonado la zona donde Jaime Palop mató a sus padres y se suicidó, cuando un agricultor descubrió el cuerpo de este vecino pasadas las diez de la mañana de ayer.

Los padres de Jaime llevaban unos días sin saber nada de su hijo. Es posible que el matrimonio se acercara al campo donde se refugió para buscarle. De momento, no ha trascendido si el matrimonio conocía la muerte de Julián Vila, algo poco probable, o si tal vez recibió algún aviso del parricida para dirigirse a ese lugar.

Cuando llegaron, Jaime se encontraba al borde del. camino y apenas intercambiaron palabra. "Deja, que a mis padres me los llevo yo", indicó Palop al taxista para que se marchara, según conocidos del herido. Sin tiempo para moverse, José Esteve . presenció cómo disparaba contra el matrimonio, ya fuera del taxi, y luego contra él. El taxista, dentro del coche y herido en una mano, se agachó para esquivar nuevos disparos y se dio a la fuga dando marcha atrás. Poco después, Jaime se descerrajó un tiro en el pecho.

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El taxista pudo llegar al ambulatorio de Enguera, donde se desmayó en la escalera de la entrada. Había perdido mucha sangre. El jefe de guardia del Hospital Comarcal Lluís Alcanyís de Xàtiva, explicó depués que el herido presentaba una "mano catastrófica", ya que la bala le ha destrozado la palma de la mano derecha. Los médicos le operaron en la mañana de ayer, sin poder avanzar si perdería totalmente la mano.

El reparto de la herencia había provocado más de una discusión con el parricida, según algunos vecinos. La hija y hermana de Jaime Palop compartía con el matrimonio una vivienda después de que hace unos años éste les echara de otra casa familiar a punta de escopeta.

El agresor, que ahora trabajaba como jefe de una cuadrilla de recolección de naranjas, estaba separado de su compañera sentimental, con la que había tenido un hijo. Conocidos de Jaime afirman que éste estaba "obsesionado" con el bienestar de su hijo y quería la custodia. Alterado y cada vez más agresivo, recientemente exigió a la familia que ocupa una vivienda en el edificio en el que vivía (al parecer, parte de su herencia), que se marchara. El martes incluso les cortó el agua. Hace unos días comentó que tenía "preparados cinco cartuchos para liarse a tiros", según una conocida.

El juez de guardia de Xàtiva, encargado del caso, decretó el secreto del sumario y el Ayuntamiento suspendió los actos del 9 de Octubre. Los cadáveres fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense de Valencia para realizar las autopsias.

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