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ELECCIONES EN GALICIA

Caballero pide el voto del 'cambio' de 1982

Javier Casqueiro

El PSOE quiere convertir las próximas elecciones autonómicas gallegas en unas generales, preferentemente las del "cambio" de 1982, y pretende transmutar a su candidato, Abel Caballero, en aquel Felipe González. El primer objetivo, respaldado en persona por las principales figuras de la dirección federal bajo el recurrente lema del "espíritu del 82", es examinar así a modo de "primarias" al Gobierno de José María Aznar.El PP ha caído en esa trampa. La campaña suave e institucional diseñada para Manuel Fraga ha dado un vuelco, coincidiendo precisamente con los datos positivos para el PSOE aportados en su última encuesta interna y con el giro que ha provocado el autodescarte de González de hipotéticos primeros planos políticos. El PP gallego, que presumía de autónomo, ha recurrido ahora a improvisar la presencia inmediata de Aznar y de otros dirigentes y ministros.

El discurso, electoral de Caballero, machaconamente repetitivo, apela de manera constante a aquel entusiasta "espíritu del 82". Lo que en principio podía parecer anacrónico ha acabado por no sonar tan mal. Sobre todo si se comparan las promesas socialistas con algunas de las realidades vigentes en una Galicia gobernada tradicionalmente por el PP y con un presidente con mucho pasado, con una imagen presente que intenta ocultar sus 74 años y con un incierto futuro.

Los socialistas se ceban morbosamente en ese simbólico lifting informático que ha sufrido el cartel electoral que enseña a Fraga por anuncios y farolas, aunque precisamente Caballero es el que más hace honor a su apellido al obviar los ataques a ese flanco fotográfico. Estas les sirven de pretexto a los socialistas para arremeter contra los dos delfines que esperan a la sombra de Fraga, el conselleiro de las obras y las inauguraciones, Xosé Cuiña, y el conselleiro que maneja el omnipresente poder mediático, Xesús Pérez Varela. Cuiña y Varela son las bichas del PSOE, además, porque tampoco están bien vistos entre una buena parte del propio electorado del PP.

DECO, el departamento de coyuntura y análisis del PSOE en Ferraz, dirigido ahora por el sociólogo Julián Santamaría, ex responsable del CIS, ha comunicado a su estructura en Galicia que de esos 200.000 votantes de González que se quedan en su casa cuando el PSOE les convoca en Galicia a las citas autonómicas ya se han vuelto a movilizar la mitad. Ese estudio dice también que la línea de expectativas del PSOE es emergente y la de los demás descendente.

Algunas arremetidas que recibe el candidato de la coalición de izquierdas, además, le sustentan y le crecen. Su programa, esas 1.500 medidas a aplicar de forma inmediata, ha sido calificado de imposible, por ambicioso, por el Partido Popular, lo que le ha permitido a él recuperar ese mensaje soñador de la "utopía realizable".

El guión de las intervenciones de Caballero, tanto la de anoche en Santiago con la presencia del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, como la del día anterior en Ourense con Felipe González, reserva siempre un instante para efectuar una llamada contra el conformismo hacia le derrota inapelable. Caballero apuesta porque "esta vez es la primera en la que es posible la victoria".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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