Agentes israelíes usaron pasaportes de Canadá para un intento de asesinato
Los servicios secretos israelíes han provocado un grave incidente diplomático con Canadá, al utilizar en las operaciones de sus agentes en el exterior falsos pasaportes canadienses. Como consecuencia, el embajador canadiense en Tel Aviv, David Berger, ha sido llamado a consulta, mientras que el ministerio de Asuntos Exteriores de Ottawa convocaba al embajador israelí para pedirle explicaciones. El portavoz del Gobierno israelí mostró su "pesar" por la decisión canadiense y enfatizó que Israel desea mantener relaciones "amistosas" con Canadá.
Nadie pone en duda, a pesar de que no existe confirmación oficial, que tres agentes de los servicios secretos israelíes utilizaron pasaportes canadienses -Guri Eris, Shawn Kendell y Barry Beads- para viajar a Ammán y tratar allí de dar muerte al jefe político de Hamás, Jaled Mishaal, máximo responsable de la organización islamista palestina, autora de los dos últimos atentados de Jerusalén, que se saldaron con más de 20 muertos y 400 heridos.Los tres agentes atacaron el pasado 25 de septiembre al dirigente fundamentalista en pleno centro de la ciudad de Ammán, cuando éste trataba de entrar en su oficina, inyectándole en la oreja un gas letal. Pero la operación fracasó, al ser detenidos en el lugar de los hechos dos de los tres miembros del Mossad, al tiempo que se trasladaba urgentemente a un hospital a la víctima,' a la que se le pudo suministrar a tiempo un antídoto.
La operación de los servicios secretos del Mossad en Ammán provocaron la cólera del rey Hussein de Jordania, quien desde hace unos meses se ve obligado a soportar duras críticas de la población, que protestan por el hecho de que su país mantenga relaciones diplomáticas con Israel y se haya convertido en uno de sus más firmes aliados, después de Estados Unidos.
La irritación del monarca hachemí abrió una discusión con el Gobierno israelí, que quedó zanjada días más tarde, cuando el jeque Ahmad Yasin, el jefe espiritual de Hamás, que se encontraba detenido en una cárcel israelí, fue liberado y conducido a Ammán, como intercambio por la liberación de los dos agentes de los servicios secretos del Mossad, en poder de las autoridades jordanas.
Este intercambio de rehenes logró calmar el incidente entre Israel y Jordania, pero no pudo evitar la irritación de la diplomacia canadiense, que acusa ahora al Gobierno de Benjamín Netanyahu de haber utilizado ilegalmente los pasaportes canadienses para dar cobertura a sus servicios de espionaje en Jordania.
Ottawa acusa asimismo a Israel de haber incumplido un pacto establecido entre los dos países en 1981, por el que Israel se comprometió a no volver a usar pasaportes canadienses, en las operaciones de agentes del Mossad en el exterior.
Estas irregularidades habían sido desveladas un año antes, cuando el ex agente del Mosad Ictor Ostrovosky publicó un libro en el que aseguraba que en el cuartel general de los servicios secretos israelíes había cientos de pasaportes canadienses en blanco.
No es la primera vez que los servicios secretos israelíes quedan en ridículo o provocan un incidente diplomático. En 1973, unos agentes del Mossad provocaron un problema internacional similar cuando asesinaron por error en una ciudad de Noruega a un camarero marroquí, creyéndo que se trataba de uno de los miembros del comando de la OLP -Organización para la Liberación de Palestina- que había participado en el atentado contra los atletas olímpicos israelíes en la ciudad de Múnich en 1972.
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