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LA SENTENCIA DEL "CASO UCIFA"

Guardias civiles de la Ucifa promovían entregas de droga para detener a "narcos"

La sentencia que condena a seis guardias civiles en el caso Ucifa establece como hechos probados una serie de actuaciones de los miembros de la Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga (Ucifa) desglosadas en ocho "operaciones". En casi todas se trata de trampas montadas por la propia unidad para hacer llegar hasta España a narcotraficantes, detenerlos con la droga y distraer una cantidad para pagar a los ganchos.

Operación Picos. El teniente coronel Francisco Quintero Sanjuan ordena en 1988 que "por cojones" se detenga a guardias civiles en Navarra, sospechosos de traficar con droga. Para ello, el guardia Doroteo Gómez Porras introdujo en la guantera del coche de su compañero y sospechoso, Juan Carlos García Macías, 25 gramos de hachís y dos papelinas de heroína llevadas desde Madrid a Pamplona. De esa forma se detuvo a García Macías y se le abrió expediente disciplinario.Operación Balandros. Un grupo de guardias civiles encontraron una serie de llaves en el coche de Juan Antonio Carrasco Sanz, que había huido cuando iban a detenerlo por traficar con heroína. En un trastero que se abrió con una de las llaves se hallaron 140 gramos de heroína y un revólver. Los agentes que previamente habían registrado el domicilio de Carrasco sin encontrar nada trasladaron allí la droga y el arma sin ninguna autorización para entrar en el domicilio; posteriormente pidieron mandamiento judicial de entrada y registro para que, en presencia del secretario del juzgado, se encontrasen la heroína y el rovólver. Carrasco fue posteriormente detenido y condenado por tenencia ilícita de armas y un delito contra la salud pública.

Operación Granada. En abril de 1989 se registró con mandamiento judicial el domicilio de Vicente Martínez García y se intervino una cierta cantidad de cocaína y dos pistolas. Una de ellas se la quedó el cabo Félix Molina Jemes, sin reflejarlo en el atestado, y el arma desapareció en las oficinas de la Ucifa.

Operación Lloret de Mar. Los confidentes de la Guardia Civil José Luis Recuero y José Manuel García Gutiérrez, conocidos como los hermanos Dalton, con el consentimiento del coronel Arsenio Ayuso "prepararon una importante operación de introducción de cocaína en España", según relata la sentencia. Viajaron a Bolivia y convinieron con un individuo la introducción de 30 kilogramos de cocaína que se entregarían en un hotel de Lloret de Mar (Gerona). Allí se detuvo al narcotraficante, y el agente Doroteo Gómez Porras, con instrucciones del teniente coronel Quintero Sanjuan, apartó cinco de los 30 paquetes incautados. Pese a las protestas del teniente coronel de la Comandancia de Gerona se trasladó a Madrid un paquete de un kilo que, días después, el teniente coronel Quintero entregó personalmente en su despacho a los hermanos Dalton como pago a sus servicios.

Operación Puebla de Almuradiel. El guardia Doroteo Gómez Porras detuvo en Puebla de Almuradiel (Toledo), en septiembre de 1990, a Mahmoud Abdi, con el que había convenido -actuando como agente encubierto- la compra de dos kilos de heroína. Gómez Porras apartó 100 gramos de la heroína para entregarla a Luis Ezquerecocha y Ramón María Temple, que le habían facilitado el contacto.

Operación Coterillo. En diciembre de 1990 llegaron al areopuerto de Barajas dos maletas con 58 kilogramos de cocaína procedentes de Colombia en una operación organizada por Ramón María de Temple, confidente de la Ucifa y con conocimiento de sus responsables. Se había conseguido autorización de la fiscalia antidroga para una entrega controlada.

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El guardia Doroteo Gómez Porras las recogió, y en la Dirección General de la Guardia Civil el comandante José Ramón Pindado apartó seis paquetes de un kilogramo cada uno para entregarlos a José Luis Recuero y José Manuel García, que habían organizado la operación junto a Temple.

La sentencia recoge también las llamadas Operación Liabeny y Operación Galileo, sustancialmente iguales a las anteriores en la forma de proceder de los agentes de la Ucifa.

Una unidad de élite a escala nacional

Pocos ciudadanos sabían qué era la Ucifa de la Guardia Civil hasta que en 1992 estalló el escándalo sobre las implicaciones de algunos de sus integrantes en una oscura trama de narcotráfico. Precisamente uno de los delitos que estos guardias civiles estaban encargados de combatir. Porque la Unidad Central de Información Fiscal y Antidroga es un cuerpo de élite, con jurisdicción en toda España, para reprimir el contrabando de tabaco, la evasión de capitales y el tráfico de estupefacientes.Durante años, la Guardia Civil se jactó de tener en sus filas a algunos de los mejores. especialistas en infiltrarse en las redes del narcotráfico, lo que acrecentó la fama de la Ucifa. Ésta se vendió así como una de las joyas del instituto armado... hasta que el juez Baltasar Garzón llegó a la sospecha de que alguno de sus "brillantes servicios" no eran tan brillantes.

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