El segundo examen de Ruiz-Gallardón
Avances y retrocesos de la gestión del Partido Popular en la Comunidad de Madrid tras 27 meses de gobierno
Alberto Ruiz-Gallardón cumple ya las 20.000 horas de vuelo al frente del Gobierno de Madrid (con esa experiencia, en Iberia sería un comandante al borde de la jubilación).En el olvido han quedado los resbalones del novato: confundió un goya con un maella; compró un caballo para promocionar Madrid que se lesionó, y vendió planes sobre serenos con teléfono móvil de los que nunca más se supo.
Durante estos 825 días, el presidente regional ha gestionado más de un billón de pesetas, con los que, entre otras cosas, ha agujereado Madrid por los cuatro costados para ampliar como nunca los caminos subterráneos del metro.
Gracias a esa inversión multimillonaria, muchos ciudadanos que viven en las afueras disfrutarán dentro de unos meses del servicio de transporte público más rápido y barato que existe en la región. Los del centro de la ciudad también lo aprovecharán.
Ruiz-Gallardón llegará a las próximas elecciones autonómicas, en mayo de 1999, con la agenda cargada de inauguraciones. Va a reunir más fotos en el suburbano que cualquier otro dirigente público en la historia de Madrid.
Bajo tierra, su Gobierno va bien. El topo, regional goza de buena salud y es alimentado generosamente con cargo a empresas públicas que se han endeudado al máximo.
En la superficie, muchos proyectos del Gobierno popular siguen en el aire.
Aún no se ha presentado el Plan Gerontológico para responder a la demanda insatisfecha de plazas de atención a ancianos; Ruiz-Gallardón lleva más de un año hablando de ese plan. La única esperanza de que se apruebe pronto es el voluminoso borrador de actuaciones que ya se ha redactado.
El Plan Regional de Vivienda, anunciado a bombo y platillo por el presidente regional y cuya entrada en vigor anuncio para el 1 de enero pasado, sigue empantanado. En nueve meses, la ejecución presupuestaria de este programa reflejaba un gasto inferior al 1% de lo previsto.
Borradores
Los borradores de nuevas leyes siguen sin pasar a limpio todavía. Está pendiente la Ley de Patrimonio Histórico; los planes para regular los parques regionales más recientes; la reestructuración del sector público; la Ley de Residuos, y la Ley de Ordenación de Recursos Humanos.
Todos estos proyectos fueron prometidos hace un año por Alberto Ruiz-Gallardón en su primer pleno como presidente sobre el. estado de la región.
El Ejecutivo ha descubierto la lentitud cuando se ha metido en los avatares legislativos.
Se aprobó una Ley de Espectáculos y se anunció una rápida redacción de decretos para desarrollar la norma. Los horarios de bares de copas y discotecas siguen sin regularse.
En medio ambiente, el Gobierno regional ha tragado sapos a destajo. A la espera de que se aplique el nuevo plan de tratamiento de basuras, la Consejería de Medio Ambiente ha permitido que la escombrera ilegal de Las Cárcavas siga avanzando hacia la M-40 y ha autorizado que se construya en el parque del Sureste el nuevo vertedero de Madrid, y a su lado, otra escombrera monumental.
El crecimiento económico es sobresaliente, aunque la creación de empleo en el último año marcha a velocidad de tortuga.
En septiembre del año pasado, Ruiz-Gallárdón se ufanaba en el Parlamento regional de los 111.300 empleos conseguidos en poco menos de 11 meses. Si la tendencia hubiera seguido, el presidente regional podría presentarse hoy ante los diputados con su promesa cumplida: 200.000 puestos creados en cuatro años. Pero Ruiz-Gallardón sólo podrá acreditar la creación de 145.000 empleos cuando se suba a la tribuna de oradores.
El segundo año de Gobierno popular ha conseguido un tercio de los trabajos creados durante el primer año.
Puestos a utilizar cifras, el dirigente popular puede presumir: entre julio de 1996 y julio pasado, Madrid fue la comunidad donde más bajó el paro (39.000 personas), seguida a mucha distancia por Cataluña (24.500), según la encuesta de población activa (EPA).
La oposición (IU y PSOE) también tiene elementos para la crítica: la última EPA refleja un aumento del paro (1.300 desempleados más) en la Comunidad de Madrid.
Los números dan para un debate sin fin. Todos utilizarán datos reales sobre el paro para apuntalar sus argumentos ofensi
vos y defensivos en el debate parlamentario.
Ruiz-Gallardón se jactó hace un año de crear las condiciones más favorables para atraer "nuevas inversiones que revitalicen el tejido productivo" de la Comunidad de Madrid. Pues bien, una de las inversiones más atractivas para Madrid, la de Retevisión y su nuevo negocio telefónico, se ha fugado a Cataluña sin que la protesta del Gobierno madrileño haya servido de nada.
Cuando se refiera a sus relaciones con los sindicatos, Ruiz-Gallardón podrá sacar pecho. Firmó en julio el acuerdo sobre estabilidad en el empleo, calificado por todos como el más importante en la historia de la Comunidad. Y se enfadó la patronal madrileña, aliada natural de los populares, que se negó a firmar aquel pacto.
Las declaraciones del presidente regional sobre las muertes en el tajo que se repitieron en agosto han reproducido fielmente los manifiestos sindicales. La sintonía es casi total.
Las relaciones entre el Gobierno de centro-derecha y los sindicatos de izquierdas viven su momento más dulce.
Tampoco los hay en apartados habitualmente problemáticos. El último verano pasó sin incendios de importancia. La ampliación de plantilla en el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad sigue siendo una promesa lanzada por el Gobierno regional hace dos años.
En los planes de erradicación del chabolismo se avanza y trabaja intensamente.
Se han ampliado las plazas de metadona y se han comprometido 60.000 millones para que las universidades madrileñas garanticen un futuro de calidad. El próximo día 8 de octubre, el Gobierno regional estrenará universidad en Móstoles, aunque sea de prestado y con sólo 300 alumnos. Las obras llegarán algún día.
Los intereses han bajado y la Comunidad de Madrid, altamente endeudada, se ha beneficiado de ello. Ha tenido menos gastos.
En todo este tiempo, Ruiz-Gallardón ha mantenido algunas costumbres de su antecesor, el socialista Joaquín Leguina. Huye de las remodelaciones en su Gobierno; es poco aficionado a los viajes al extranjero (sólo ha hecho uno de cinco días por varias capitales europeas); no le gustan ni el fútbol ni los toros (va por obligación); sus ejercicios de teoría política tienen trascendencia nacional y molestan a su partido; fastidia con sus decisiones al gobierno municipal de Madrid y se resiste a entregar a esa institución las competencias urbanísticas. Y le apasiona la ficción de las novelas. De momento no escribe.
'Los inconsolables'
La última obra en la que andaba enfrascado, Los inconsolables, de Kazuo Ishiguro, "desasosegante", según sus palabras, cuenta la historia de un pianista que llega a una ciudad centroeuropea para dar un concierto.
Pero sus habitantes, desde el conserje del hotel hasta los concejales del Ayuntamiento, tienen problemas y pretenden que el músico se los solucione. Es, según Ishiguro, "una comedia surrealista sobre la presión del tiempo, la ansiedad que genera la sociedad moderna con todas sus exigencias y el sentido de culpa que provoca la imposibilidad de cumplir con éxito todos esos compromisos: la familia, el trabajo...".
Algo parecido a lo que le ocurre a Ruiz-Gallardón cuando sale de inauguraciones por los municipios y se topa con los alcaldes. O cuando sus consejeros abren la boca en las reuniones del jueves para pedir presupuesto. Como ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Izquierda Unida
- Política nacional
- Alberto Ruiz-Gallardón
- PP
- Comunidades autónomas
- Gobierno autonómico
- Parlamentos autonómicos
- Política autonómica
- Política municipal
- Administración autonómica
- PSOE
- Elecciones autonómicas
- Comunidad de Madrid
- Elecciones
- Eventos
- Gobierno
- Parlamento
- Administración Estado
- Partidos políticos
- España
- Política
- Administración pública
- Sociedad