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Rato afronta una grave crisis en Estadística por la dimisión de sus dos directores generales

El Instituto Nacional de Estadística (INE) atraviesa una crisis sin precedentes. Ayer, los dos únicos directores generales del INE, José Aranda y Antonio Martínez, presentaron su dimisión a la presidenta, Pilar Martín-Guzmán. Ambos han considerado que no podían continuar en el puesto debido a graves diferencias con la presidencia del INE, sobre todo, por su política de nombramientos y por una actitud autoritaria en la toma de decisiones, según explicaron personas de su entorno. Ningún representante oficial del INE respondió ayer a las llamadas de este periódico para obtener su versión.El INE, un organismo autónomo que depende de la secretaría de Estado de Economía, sólo tiene estas dos direcciones generales que forman el segundo escalafón, directamente debajo de la presidencia. José Aranda, como director general de Estadísticas de Población e Información, era el responsable de la Encuesta de Población Activa (EPA), así como de los censos y padrones de población. Por su parte, Antonio Martínez, como director de Estadísticas y Recursos Humanos, era el responsable del índice de Precios al Consumo (IPC) y de la Contabilidad Nacional.

Ambos llevaban en el puesto desde el año 1989, fecha en la que se aprobó la Ley de la Función Estadística Pública, pero han desarrollado toda su carrera profesional en el Instituto durante los últimos 30 años. Su nombramiento como tales directores generales se produjo durante el Gobierno socialista, pero ello no impidió que cada uno de ellos protagonizara enfrentamientos públicos con los ministros de entonces.

Aranda contestó hasta la saciedad la idea de que la EPA "ocultaba" un millón de empleos y protagonizó un agrio debate con el entonces ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, en defensa de la estadística oficial. Martínez, por su parte, polemizó con el ministro socialista de Infraestructuras, José Borrell, por la repercusión en el IPC de una fuerte subida en las tarifas telefónicas.

La presidenta del INE, Pilar Martín-Guzmán fue nombrada por el Gobierno del PP en julio del pasado año en sustitución de José Quevedo. Mantuvo el equipo directivo anterior, formado por los dos directores generales, pero no tardó en salir a la luz la falta de sintonía. Según fuentes del INE, el funcionamiento autoritario de su presidenta en la toma de decisiones y una política de nombramientos que ha creado malestar entre los funcionarios, son las razones de fondo.

La gota que ha colmado el vaso cayó, el pasado 15 de septiembre, con la destitución de la responsable de la Oficina de Relaciones Internacionales, Carmen Arribas. Ésta se quejó por carta ante el secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, y el subsecretario del mismo, Fernando Díez Moreno, de que la presidenta no atendía sus advertencias sobre la posibilidad de perder una ayuda de 2.000 millones de pesetas de la UE por no cumplir determinados requisitos.

La crisis en el IN E es la segunda que debe afrontar el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, tras la que se produjo antes del pasado verano en la Agencia Tributaria por el escándalo de los 200.000 millones.

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