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Un agente ruso propuso a un funcionario español en Lisboa vender armas y blanquear dinero

Un agente secreto ruso, con cobertura diplomática en Lisboa, intentó sobornar a finales de 1995 a un alto funcionario de la Embajada española en Portugal a cambio de contactos para vender armamento y tecnología, así como para blanquear dinero de esas operaciones, según han confirmado fuentes gubernamentales españolas. El funcionario, actualmente destinado en la Presidencia del Gobierno en Madrid, recibió órdenes rotundas de La Moncloa para abandonar el encargo de servir de anzuelo a las pretensiones del espía, tal y como le había sugerido el Cesid

El primer secretario de la Embajada moscovita en la capital portuguesa, Ígor Y. Selivanov, identificado por los servicios españoles como "un conocido agente del espionaje ruso", entró en contacto con el funcionario español a mediados de 1995. Tras tratar de ganarse su confianza, Selivanov le propuso "un negocio que le reportaría cuantiosos beneficios". Se trataba de conseguir los contactos necesarios para vender todo tipo de armamento y tecnología rusa, así como de blanquear capitales tanto en España como en Portugal, países donde están introduciéndose. abundantes fortunas desde Moscú.Ante la insistencia del agente, el funcionario español informó del asunto a los responsables del Cesid, el servicio secreto militar español, quienes le sugirieron que siguiera el juego al espía para saber hasta dónde llegaban sus intenciones y actividades. El funcionario español, inicialmente dispuesto a seguir la estrategia del Cesid, consultó a sus superiores en la Presidencia del Gobierno y recibió una orden desde la misma para abandonar de forma inmediata sus contactos con el agente ruso.

Los servicios de información españoles han reconocido a EL PAÍS que Ígor Selivanov es un "conocido agente de los servicios secretos rusos que ya fue detectado como tal en Madrid, donde ocupó el puesto de técnico administrativo de la embajada desde marzo de 1991 hasta enero de 1993". Responsables del Cesid han admitido que éste no es el único caso descubierto entre funcionarios o diplomáticos españoles que pretenden ser "captados" por el espionaje o las mafias rusas.

En la mañana de ayer, la Embajada rusa en Lisboa informó a este periódico que Selivanov se encontraba fuera de la oficina diplomática. La grave crisis por la que atraviesa la economía y el espionaje rusos tras la desaparición de la antigua Unión Soviética impide, a juicio del Cesid, saber con precisión si "estos agentes siguen las instrucciones de los servicios de inteligencia de Moscú o trabajan por su cuenta para las redes mafiosas que se están introduciendo en España y en la costa portuguesa del Algarve".

El Gobierno socialista portugués ha cursado en los últimos meses instrucciones concretas a sus servicios de información para que sigan con atención las actividades de ciudadanos rusos que se están estableciendo en la costa del Algarve.

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