"Mi personaje no es ñoño"
Recuerda quizá a James Stewart, un bueno del cine con voz amigable, aire tímido e inocentón y defensor de causas nobles. En la piel del doctor Nacho Martín lleva tres años en las pantallas de Tele 5 triunfando con Médico de familia, con una media del 43,6% de cuota de pantalla y goleando incluso a las emisiones de fútbol. Hoy regresa (a las 21.35) con el capítulo 54 de una serie donde para la ternura siempre hay tiempo. Él sostiene que su personaje no es tan blando como parece y asegura que las tramas de su serie son atrevidas en el terreno social. El caso es que algo angelical debe tener (también le han comparado con Michael Landon), porque -las encuestas cantan- cae bien a la audiencia y hasta las señoras que acuden de público para otros programas de Tele 5 se esconden en los lavabos para poder pillarle en los descansos del rodaje y obsequiarle con muestras de cariño.Nacido en Cuba hace 38 años, Emilio Aragón saltó a la arena televisiva hace más de 20 años, cuando había una vez un circo. Hombre polifacético (showman, cantante, actor, productor ... ), mata el gusano de la música creando sintonías (Médico..., Qué me dices, El programa de Ana ... ), escribe cuentos, colabora con los asuntos circenses de los Aragón y con ONG, prepara una serie de dibujos animados y, desde la productora Globo Media, con su amigo del alma Daniel Écija planea nuevas series, telefilmes y hasta dirigir juntos "una película romántica".
Pregunta. Parece que por fin los guionistas de Médico de familia aclararán en esta nueva etapa "la tensión sexual no resuelta" entre su personaje y Alicia (Lydia Bosch), que usted ha comparado con el de los protagonistas de series como Luz de luna o Cheers.
Respuesta. Nuestro misterio se resolverá, pero la incógnita seguirá un tiempo, porque ahora entra en acción otro personaje. Belén Rueda interpretará a la tercera en discordia, que es una antigua amiga de Nacho, y pasarán muchas cosas. Este tipo de juego de la llamada tensión sexual no resuelta, si el público es cómplice, es sano siempre que se haga con inteligencia y no se estire demasiado el chicle.
P. ¿Habrá un aumento de la intensidad sensual, como muchos espectadores han pedido en sus cartas (Médico... recibe 7.000 al año)? En la pasada temporada Nacho e Irene (Ana Duato) parecían dos novios adolescentes y hubo que esperar hasta el último capítulo para ver un beso entre Nacho y Alicia.
R. Por respeto a toda la gente que nos ve, que es un público muy amplio, pensamos que para qué ser más explícitos si no hace falta. Un adulto entiende perfectamente el mensaje que tú quieres dar con un gesto, una puerta que se cierra... Es una serie que se ve en familia y no queremos crear situaciones incómodas. Ya hay bastante sobrecarga de sexo y violencia en otros programas.
P. ¿Le molesta que digan que su serie es blanda?
R. Cuando me dicen que el personaje de Nacho es muy blando, exageradamente tímido o, prudente, pienso: hace dos años que murió su mujer, empieza a salir con una chica y su relación crece hasta el punto de hablar de boda, pero en el fondo hay una relación en el aire con su cuñada... Es bastante compleja toda esta historia, este personaje de ñoño no tiene nada. Si se planteara en la realidad habría gente que diría: qué rapidito va éste.
P. Nacho es un padre ejemplar, un médico sensible, un amigo ideal... Es pluscuamperfecto.
R. Nacho Martín para nada es un personaje perfecto, es un personaje irregular, inseguro, los hijos se le suben enseguida a la chepa, aunque en el trabajo sí es bastante firme en sus ideas, es amigo de sus amigos y defiende a sus compañeros.
P. Los agentes del FBI se hicieron fans de Expediente X ¿Los médicos ven Médico de familia?
R. Nos consta que sí. Hemos huido siempre de la astracanada y hemos querido ser realistas. Aunque hay cosas reales que si las sacáramos parecerían increíbles: en hospitales norteamericanos algunos camilleros van en patines.
P. El hecho de que Médico de familia sea la serie estrella de la televisión española, con cifras millonarias de audiencia, ¿le da orgullo o vértigo?
R. Un poco de todo. Por supuesto es muy halagador recibir cartas maravillosas de la gente y ver que la crítica nos valora. Pero tenemos una responsabilidad tremenda. No podemos dormirnos en los laureles, esto es un trabajo continuo. Algo muy positivo, que nos satisface, es que hemos logrado que padres e hijos comenten lo que ha pasado en la serie. No queremos hacer ningún tipo de moralina, pero si es importante fomentar el debate. Es muy interesante que un programa reúna a tanta gente delante de la tele.
P. ¿Cree en el aspecto educativo de la televisión?
R. A través de la ficción se pueden abordar cuestiones cotidianas. Nosotros no nos inventamos nada, las historias están ahí, en la calle. Quién no conoce en su entorno alguien con un problema de droga, o que le han robado el coche, o que le han acosado sexualmente, o que tiene problemas con su jefe...
Ahora, con la incorporación de Alberto Domínguez a la serie, intentamos colaborar con la integración laboral de las personas con síndrome de Down, y próximamente incluiremos una historia con un niño autista.
P. ¿Cree que en la memoria catódica estas cosas dejan más poso que los contenidos de morbo y escándalo?
R. No sé lo que se plantean los demás. Pero yo tengo claro que nunca haré un programa que atente contra el telespectador. Soy consciente de que la televisión es un escaparate muy poderoso y que puede hacer mucho bien o mucho daño. Por supuesto que la polémica es sana. Por ejemplo, un programa como Caiga quien caiga demuestra que se puede hacer sátira política y provocar de una forma fresca. Se puede divertir sin ofender, y eso es lo que nos planteamos con series como Médico de familia, Más que amigos, Menudo es mi padre y próximamente Periodistas.
P. En la discusión sobre telebasura ¿es optimista con las posibilidaes del medio?
R. Ese debate será eterno. Lo que yo veo malo otro lo verá bueno. La creación es subjetiva y también el concepto de entretenimiento. En cuanto a las posibilidades, precisamente lo comentaba el otro día en la reunión que hubo en La Moncloa con las gentes de la profesión. Tendría que haber un catalizador que moviera a las cadenas a competir en igualdad de condiciones y plantear, digamos que de seis a ocho, un horario exclusivamente infantil y juvenil, con cuidado en la publicidad y sin meter avances de películas para adultos, de alto contenido erótico o violento. Necesitamos programas con los que los niños se identifiquen.
P. ¿Las televisiones públicas deberían llevar la iniciativa en ese sentido?
R. Sí, pero para que sea juego limpio deberían ser todas, públicas y privadas.
P. Usted anda embarcado en un proyecto infantil.
R. Sí, estoy produciendo una serie de dibujos animados, Los esquimales en el Caribe, con histonas que fomentan la solidaridad y la amistad entre los niños.
P. ¿Y no echa de menos el circo en televisión?
R. Precisamente Tele 5 quiere recuperarlo, lo hemos hablado.
P. Usted nació en un circo y desde entonces no ha dejado el ambiente artístico familiar. ¿Sus hijos seguirán la dinastía Aragón?
R. Mis hijos son muy pequeños ahora, de momento es mejor que estudien, el mundo artístico es demasiado complicado. Una de las niñas quiere ser médico. Pero no sé finalmente qué harán. Esta profesión es muy puñetera. Además, sigue siendo una profesión un poco machista.
P. Desde su experiencia en una telecomedia triunfante, ¿se puede hablar de un género a la española?
R. Bueno, Médico de familia no es estrictamente una telecomedia, es lo que ahora se llama dramedia, o mezcla de comedia y drama. Ya existe una notable producción de este tipo, y creo que llegarán pronto otro tipo de series, más cortas, más ligeras, con más humor y más absurdo. Tanto las cadenas como los productores tienen que experimentar y ver si la audiencia lo acepta. El público español exige que las tramas sean realistas, incluso en las comedias.
P. Y también exige producto español en la pantalla.
R. Sí, sí. En los últimos seis años ha habido una camada de guionistas y creativos impresionante. A ese nivel le podemos plantar cara a cualquier país. Nos falta la capacidad financiera y de distribución de las multinacionales norteamericanas, pero eso no debe frenamos a la hora de producir series y telefilmes. Tenemos que abrir mercados.
P. ¿Ha pensado en la jubilación de Médico de familia?
R. Tenemos un contrato con Tele 5 hasta junio de 1998. Ya veremos qué pasa.
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