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El Ayuntamiento se queda con el suelo menos rentable de dos nuevos barrios

Antonio Jiménez Barca

En el reparto del suelo de dos de los nuevos y gigantescos barrios que se construirán al norte de la ciudad, el de Las Tablas y Montecarmelo, el Ayuntamiento se ha quedado con la peor parte. En el de Las Tablas, el municipio se apropia de todo el terreno destinado a construir oficinas, el que menos se vende. En el de Montecarmelo, con casi todo. El suelo para viviendas y comercios ha ido a parar a los privados. El concejal del PSOE José María de, la Riva critica el hecho, "porque significa que el PP se ha bajado los pantalones otra vez ante las empresas constructoras ".

En las afueras de la ciudad se construirán en los próximos años cinco nuevos barrios: Montecarmelo, Las Tablas y Sanchinarro, al norte de la ciudad, y Vallecas Villa y Carabanchel, al sur (véase gráfico). En total, serán más de 44.500 viviendas. Por ley, el Ayuntamiento tiene derecho al 10% de los terrenos edificables. Es la contrapartida por recalificar suelo que antes era territorio de sembrados y ahora será ciudad, con los millonarios beneficios, que esto comporta a los propietarios (algunos de ellos los últimos labradores o terratenientes agrícolas que quedaban en el término municipal de Madrid). El terreno al que tiene derecho el municipio puede ser de tres clases: para edificar casas o comercios (los más rentables, por que actualmente se venden rápidamente) o para oficinas (los menos lucrativos, porque en los últimos años se han vendido menos).El Ayuntamiento, que tiene derecho a 85.275 metros cuadrados de terreno edificable en el nuevo barrio de Las Tablas, carga con la totalidad del suelo destinado para oficinas, exactamente 83.200 metros cuadrados. El otro nuevo barrio cuyo convenio definitivo irá al pleno municipal a final de mes es el de Montecarmelo. Las perspectivas urbanísticas tampoco son mejores ahí para el Ayuntamiento. Todos los metros cuadrados a que tiene derecho, 125.477, están previstos para oficinas. El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, indica que esto no es tan importante como el que "los nuevos barrios salgan adelante".

No piensa así el concejal socialista José María de la Riva, que opina que estos convenios son "políticamente escandalosos". "Al equipo de Gobierno no le interesa solucionar los problemas de la ciudad, sino el de los constructores; hay necesidad de viviendas para jóvenes. ¿Qué hace el Ayuntamiento quedándose con terrenos de oficinas, que además no se venden?", se pregunta de la Riva.

Del Río recuerda que en los convenios se especifica que los constructores tienen que erigir un número de viviendas baratas obligatoriamente. Además, guarda un as en la manga: "Si las oficinas no se venden, que eso está por ver, el Ayuntamiento puede recalificar luego para viviendas el terreno de oficinas".

De la Riva le replica que eso "es peor todavía". "Si hacen eso significará que no tienen un plan de ciudad, que la ciudad les importa un bledo y que sólo quieren servir a los especuladores y regirse por las leyes del mercado", añade.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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