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Jiang Zemm conmina al Ejercito a obedecer al partido

Jiang Zemin, el líder comunista chino, ha querido inmediatamente reunirse con el Ejército para reiterar el deber de obediencia al partido y expresar solidaridad y deseo de profesionalizar las tropas. En un país cuya vida política, hermética y misteriosa, sigue cargada de simbolismos, es relevante que el secretario general se haya apresurado a reunirse con representantes de las Fuerzas Armadas después de que el congreso del partido concluyera con la formación de una nueva ejecutiva completamente civil, lo que no sucedía desde hacía diez años.El Diario del Pueblo, el órgano oficial del Partido Comunista Chino (PCCh), recogía ayer en primera página el encuentro de Jiang con los delegados militares que asistieron al XV Congreso clausurado oficialmente el pasado jueves. La noticia venía ilustrada con una fotografía del secretario general, vestido con el uniforme verde oliva de la época Mao, y flanqueado por los dos generales que han quedado como vicepresidentes únicos de la Comisión Militar Central (Zhang Wannian y Chi Haotian, ministro de Defensa) y los otros dos veteranos jefes que desempeñaban hasta ahora también esa función. Estos han sido jubilados. China Daily, el diario oficial en edición inglesa, dio cuenta de la información de manera más discreta y prefirió no plasmar la imagen de un "Jiang militar" justo ahora que los líderes chinos se muestran de nuevo entusiastas con dar un acento marcadamente tecnocrático y civil a la dirección del país.

Acumulación de cargos

Jiang Zemin, que se ha visto ligeramente reforzado como primus interpares tras este congreso, acumula desde 1989 los cargos de secretario general del PCCh y la presidencia de la poderosa Comisión Militar Central, el órgano que controla y protege los intereses del Ejército. Mao Zedong y Deng Xiaoping fueron también presidentes de tal comisión. Fue el último puesto que éste decidió abandonar cuando en el XIII Congreso (1987) instó a la vieja guardia a dejar paso a dirigentes más jóvenes. Ni Hu Yaobang ni tampoco Zhao Ziyang, sus delfines, defenestrados por ser demasiado atrevidos en la apertura política, jamás lograron, evidentemente, ocupar tan preciada presidencia. Hu murió en marzo de 1989 y Zhao vive bajo un benigno arresto domiciliario desde junio de ese año por adoptar una postura demasiado "comprensiva" con el movimiento democrático estudiantil que degeneró en los sangrientos sucesos de la plaza de Tiananmen el 4 de junio de ese mismo año. El fallecimiento de Hu fue la chispa que desató la pacífica protesta.

En su encuentro con los representantes de las Fuerzas Armadas, el líder chino les instó el pasado viernes a mantener la unidad, dar ejemplo de disciplina al pueblo, "entusiasmarse" con la tarea de construir la economía socialista de mercado, inspirada en la teoría de Deng Xiaoping, y contribuir a modernizar el Ejército, tal y como Jiang Zemin señaló en el informe político de apertura del congreso.

Los mandos del Ejército han aceptado su desaparición del Comité Permanente, la ejecutiva del PCCh. Desde 1992 tenían el número seis, que correspondía al almirante Liu Huaqing. Éste y el presidente del Parlamento, Qiao Shi, rival de poder de Jiang Zemin, han salido de la ejecutiva oficialmente por motivos de edad. En el caso del primero parece que así fue. Tiene 81 años y en los últimos tiempos expresó su deseo de retirarse. Por lo que respecta al segundo, que es sólo dos años mayor que Jiang Zemin -tiene 73 años- y cuenta con una edad no demasiado anciana para los cánones políticos del país, todo parece que su retirada ha sido debida a un ajuste de cuentas en el que habría participado también el primer ministro, Li Peng, de 69 años. Li, con la salida de Qiao, ve allanado el camino para ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional Popular el próximo marzo al no poder prorrogar por más tiempo su mandato como jefe del Gobierno. Será entonces, durante la sesión anual del órgano legislativo, cuando se proceda al reajuste ministerial y se materialice casi con toda seguridad la designación del viceprimer ministro Zhu Rongji, el actual impulsor de la reforma económica, al puesto de Li Peng.

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