El carné de los 48.000 estudiantes de la Politécnica incluye sin excepción la tarjeta monedero del Santander

Los 48.000 universitarios que el próximo mes de octubre inicien el curso en la Politécnica de Madrid no gastarán el clásico carné de cartulina con foto grapada en el anverso. El vicerrectorado de Gestión Académica ha desarrollado, en colaboración con el Banco Santander, un programa de tarjetas inteligentes (con sus correspondientes chips informáticos) con las que los estudiantes podrán identificarse y moverse por las dependencias del campus a lo largo de toda su carrera universitaria.Pero la cosa no acaba ahí: el carné, con el tamaño y la apariencia exterior de una tarjeta de crédito, hace también las veces de monedero electrónico y puede funcionar como tarjeta de la red 4B. De esta forma, la universidad dota a sus matriculados de un documento polivalente y la entidad bancaria promotora se beneficia de decenas de miles de jóvenes clientes potenciales (con 8.000 nuevas incorporaciones en cada curso).

La Politécnica también ha proporcionado la multifacética tarjeta a sus 3.219 profesores y a los 1.800 empleados de administración y servicios. Esos 45 centímetros cuadrados sirven para acceder a los aparcamientos restringidos, al préstamo de los libros de la biblioteca -la tarjeta dispone de un código de barras en su reverso- y para controlar la entrada en laboratorios y demás dependencias delicadas.

Los antiguos alumnos podrán conservarla y beneficiarse de ciertos servicios universitarios. "Se trata de un solo documento con el que el carné de la biblioteca y el de la facultad, que siempre acababa ruinoso, pasan a mejor vida", resumió ayer el vicerrector de Gestión Académica, José Luis Maté.

La utilización de este carné informático como tarjeta de crédito ordinaria es optativa. Sin embargo, la red 4B aporta algunas utilidades que hacen las veces de atractivos señuelos para cualquier estudiante. Por lo pronto, en cualquier cajero podrá consultarse el expediente actualizado, y hasta sacar una copia impresa en papel con las últimas calificaciones obtenidas. Los investigadores tendrán idéntico acceso a sus proyectos. El Banco Santander ofrece, además, el acceso gratuito a Internet en caso de que el estudiante se haga cliente.

Piratas sin opción

Los técnicos en materia cibernética se han asegurado de que los datos sean legibles, pero nunca manipulables. "Los hackers [piratas informáticos] siempre están muy pendientes, pero tenemos la garantía al 99,9% de que nadie podrá modificar datos en un expediente", resumió Maté.

La Universidad Politécnica no sacó este servicio a concurso, sino que se limitó a contactar con diversas entidades bancarias para escuchar sus ofertas. La del Santander fue, en último término, la que más satisfizo a las autoridades universitarias. Este banco, que ya ha desarrollado el sistema en los campus de Valladolid, Córdoba y Cantabria, ofrece, de hecho, contraprestaciones económicas a la universidad, "siempre necesitada en el capítulo presupuestario". La entidad se ha tomado muchas molestias, en suma, en esa apuesta de futuro que supone captar clientes jóvenes y preparados.

Este curso 1997-98 servirá para que el sistema del carné-monedero-tarjeta adquiera rodaje. De cara al próximo curso, los responsables de la Politécnica confían en perfeccionar el sistema y aplicarlo en la siempre farragosa tarea de la matriculación. Si la matrícula puede hacerse efectiva con la tarjeta inteligente, el estudiante se ahorrará el trámite actual: trasladarse al banco, ingresar el dinero y volver a la secretaría con el justificante.