Aznar ataca a los jueces que usan los tribunales como "pasarelas al estrellato"
El presidente del Gobierno, José María Aznar, no acudió el lunes a la solemne apertura del Año Judicial, pero aprovechó ayer su presencia en la inauguración del curso político con sus parlamentarios para advertir a los jueces estrella. Dijo Aznar: "Los jueces no deben dar lugar a pábulos o escándalos, y mucho menos a conflictos entre ellos. Las pasarelas al estrellato no pasan por los tribunales". También disparó el presidente algunas salvas a los políticos y periodistas que usan sus "tribunas vitalicias" para atacar "en tonos apocalípticos al Gobierno". Sobre Felipe González y sus últimas críticas, Aznar se reafirmó en su deseo de máxima "lealtad" al líder actual del PSOE, Joaquín Almunia.
El orden del día de la primera reunión conjunta del nuevo curso político de los grupos parlamentarios del PP del Congreso y del Senado se reservó para realzar el discurso de Aznar y éste se afanó en bordear los cinco puntos que cree prioritarios para este periodo de sesiones: economía y presupuestos; terrorismo; diálogo con las fuerzas políticas, justicia y parlamento. Ahí cupo todo, hasta la rémora permanente de recordar que el cambio político -producido hace ya 20 meses- era necesario y bueno para el sistema, para la economía y para la sociedad.El plato fuerte y de actualidad de la intervención del presidente se centró en la situación de la Justicia. Fuentes del PP consideran que la grave crisis actual, que se acepta sin disimulo, no es de su responsabilidad e incluso reconocen que tampoco totalmente del anterior Gobierno socialista. La achacan a una histórica desgana por dotar de medios a los jueces para hacer bien y rápido su trabajo. Aznar, ayer, corroboró con frases contundentes hasta que punto le preocupa este panorama: "Los jueces no deben dar lugar a pábulos o escándalos en la opinión pública y muchos menos a conflictos entre ellos. Con juzgar sobre la libertad y la hacienda de las personas ya deben tener bastante. Las pasarelas al estrellato no son para los tribunales".
Aznar recordó que el Gobierno está a disposición del Consejo General del Poder Judicial para agilizar la justicia tomando como base el recientemente aprobado Libro Blanco. En cualquier caso, sí indicó que gran parte de culpa de la "politización" de la justicia se debía a la teoría de determinados políticos procesados de no asumir sus responsabilidades políticas hasta que éstas quedasen determinadas primero penalmente.
Sobre terrorismo, Aznar abogó por mantener la llama del espíritu de Ermua entre todos los partidos democráticos: "Los españoles quieren que ahora no nos perdamos en discusiones entre los demócratas. Lo importante y urgente es ganarle la calle a ETA y HB con la legalidad".
El presidente del Gobierno lamentó el ingreso en la cárcel del ex general Enrique Rodríguez Galindo, pero remarcó que la ley debe estar por encima y aplicarse a todos por igual.
Cuando Aznar subrayó que según su criterio el Gobierno ha demostrado con creces en estos meses su voluntad de diálogo con todos los partidos incluyó una referencia indirecta hacia el papel de Felipe González. Ya no le interpela por su nombre al ex presidente socialista. Ayer ensayó la fórmula de reafirmar ante su grupo su deseo y su intención de preservar la máxima "lealtad" hacia el actual líder del PSOE y de la oposición, Joaquín Almunia. "Sus problemas no procederán del Gobierno", le alertó.
En estos derroteros estaba Aznar cuando enlazó algunas de sus teorías sobre los medios de comunicación, la prensa y la libertad. El presidente comprende que "la mejor garantía de una vida política de progresión constante es que los medios de comunicación permanezcan independientes y que haya unos grupos empresariales detrás saneados y equilibrados". Le pareció innecesario pero no obvió constatar que el deber de la prensa es "ser crítica con los poderes de turno". Y a continuación concluyó: "En una democracia joven como la española nadie pretenderá que todo siga igual de por vida. No hay derechos vitalicios al hablar sobre el Gobierno o a pontificar desde tribunas de prensa, en tonos apocalípticos, contra el Gobierno como si la democracia estuviera en peligro".
Fuentes del entorno del presidente comentaron que esta afirmación podía ir encaminada tanto hacia los periodistas y medios más críticos con el Gobierno como hacia un determinado político: Felipe González.
Aznar vislumbra que el emblemático objetivo de entrar en la moneda única europea está ya al alcance y ahora, con los próximos presupuestos en elaboración, lo que pretende es consolidar este ciclo de bonanza económica. El presidente llegó a confensar que es más dífícil elaborar unos segundos presupuestos austeros que los primeros. Ahí, en su filosofía de restricción y contención del déficit público, quiere implicar a autonomías y ayuntamientos. La sesión terminó como habitualmente, es decir con un coro de coordinados aplausos y con tres preguntas impertinentes del único diputado crítico actualmente en el grupo popular. El canario Miguel Cabrera interrogó a Aznar sobre la posición del Gobierno en las minas antipersonales, sobre la contrapasa [la intención del Gobierno vasco de ampliar el periodo de caza de las aves migratorias que regresan al Norte de Europa] y sobre el español Joaquín José Martínez condenado a muerte en Estados Unidos. Aznar agradeció el tono de Cabrera en ese foro y ratificó que el Gobierno hará todo lo posible para salvar a Martínez, que España firmará el Tratado de No Proliferación de Minas Antipersonales y, además, le informó de que no es cazador.
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