Desarticulada una red internacional de prostitución

La Policía ha dado un nuevo golpe a las redes internacionales que se dedican a la trata de mujeres con la detención de 19 miembros de una organización que traía hasta España a hispanoamericanas y africanas a las que obligaban a prostituirse en bares y clubes de carretera. También han sido detenidas 37 mujeres de Brasil, República Dominicana, Colombia, Ecuador y el norte de África por estancia ilegal.Estas detenciones se añaden a las 48 redadas contra este tipo de bandas realizadas en lo que va de año. Las mujeres, cuidadosamente elegidas en sus países de origen por su belleza y buen aspecto físico, eran traídas hasta España bajo engaños y promesas de un buen puesto de trabajo, pero en cuanto entraban en el país eran retenidas y, bajo todo tipo de coacciones y amenazas, obligadas a prostituirse. Del régimen de "semiesclavitud" en que vivían da idea el hecho de que algunas de ellas fueron vendidas por unos clubes a otros por cantidades que rondan las 300.000 pesetas.

Los bares de alterne donde trabajaban son los clubes Muñecas II, en Niño de la Mula (Murcia); Muñecas IV, en Santomera (Murcia); Las Muñecas I, en Orihuela (Alicante) y los clubes Help y Lido's, ambos situados en la ciudad de Bilbao y catalogados como establecimientos de lujo con todo tipo de servicios de relax. Según José Santaella, jefe de la Unidad de Fronteras de la Comisaría General de Documentación de la Policía, la importancia de esta operación estriba en que a los 19 proxenetas se les ha intervenido documentación que demuestra sus conexiones con los países de origen de las mujeres, sobre todo Brasil.

La Policía tiene en su poder recibos de transferencias que demuestran que los beneficios de los clubes eran remitidos desde bancos españoles a entidades de Brasil mediante pagos periódicos de unas 400.000 pesetas. La forma de captar a las mujeres era la habitual en estas organizaciones: buscaban mujeres atractivas en ambientes humildes de países hispanoamericanos y les prometían un buen trabajo en España, para lo que les facilitaban un pasaporte, 3.000 dólares para pasar la frontera, billetes de avión y alojamiento en hoteles.