Piccoli estrena el palmarés italiano

Claus Möller, un fornido danés residente en Pamplona, va cuarto en la general. Después de la gran contrarreloj del domingo está a sólo 26 segundos de Escartín. Daniel Clavero, el espigado escalador madrileño, marcha sexto, a poco más de un minuto del danés. Ambos forman parte del Estepona Toscaf, un modesto equipo español, de esos de poco presupuesto y poco sueldo, que, sin embargo, se está luciendo en la Vuelta como pocos. Tanto se luce que más de uno de los rivales opina que no sería descabellado pensar que alguno de sus líderes puede acabar siendo el ganador sorpresa de la Vuelta de las sorpresas y los desfallecimientos, de la Vuelta de la eliminación. Sin embargo, el conjunto dirigido por Maximino Pérez y Jesús Suárez Cuevas, que también mantiene el liderato de la montaña con Francisco Cerezo, no cambia de manera de actuar. Aunque sea contraproducente para sus aspiraciones en la general.Así que, si se produce una escapada, apuesten casi a ciegas a que en ella va un Toscaf. Ayer habrían ganado. Juan Carlos Vicario, uno de los corredores que mejor contrarreloj hizo, volvió a desgastarse ayer. Fue una fuga de 180 kilómetros en compañía del italiano Mariano Piccoli, otro que ha estado en casi todos los intentos, que resolvieron a más de 45 de media por las llanuras cordobesas-pacenses; una fuga que alcanzó su punto máximo a 122 kilómetros de meta, con una ventaja de más de 12 minutos, y que concluyó con la exhalación de 25s. Dos kilómetros, más y no llegan. El pelotón dejó hacer, controlado por la ONCE, que asume la responsabilidad del liderato de Zülle.

El esfuerzo finalmente recompensó al inquieto Piccoli antes que al sufrido Vicario. El italiano justificó su presencia y la de su equipo, el Brescialat, aunque quizás se quedó corto para justificar la de tanto equipo italiano.