Olano: "Quiero una solución a mis problemas"
Hace sólo un par de meses, la mayor ilusión de Abraham Olano era disputar en las mejores condiciones el Mundial contrarreloj que se disputa en San Sebastián, al lado de su casa, el 9 de octubre. Era un Olano casi pletórico que acababa de derrotar a Jan Ullrich en la última contrarreloj del Tour. Un Abraham Olano totalmente diferente, hundido física y psicológicamente después de abandonar en la Vuelta, fue el que anunció ayer: "No me importaría no correr el Mundial. Lo único que quiero es que se encuentre una solución a mis problemas". Los médicos, sin embargo, le dieron esperanzas: podrá disputar el Mundial.El Olano que ayer se sometió en la Clínica Universitaria de Navarra a una serie de pruebas para hallar la causa de sus males está moralmente tocado por el sufrimiento que padeció en un Tour que había preparado concienzudamente y por la repetición de la enfermedad que le impide rendir en la Vuelta. Así, un fracaso en el Mundial le dejaría hundido y prefiere no exponerse a ello.
Hasta el próximo viernes la clínica navarra no emitirá un diagnóstico de las pruebas -analíticas, electrocardiogramas, ecocardiografías- a que fue sometido bajo la supervisión del doctor Calabuig, asistido por un grupo de internistas y acompañado por su médico personal, Iñaki Arratíbel.
Cuando fichó a Olano en 1996, el Banesto contrataba a la gran esperanza española para liderar el ciclismo después de la retirada de Induráin. El guipuzcoano llegaba avalado por sus medallas de plata contrarreloj en el Mundial de 1995 y en los Juegos de Atlanta, así como por el oro del Mundial de fondo en carretera, un segundo puesto en la Vuelta 95 y un tercero en el Giro 96. Sin embargo, la temporada 97, sin ser nefasta -ha ganado varias carreras de una semana y ha perdido por mala suerte la Dauphiné y la Vuelta a Burgos- ha supuesto un fracaso en sus dos grandes desafíos, el Tour y la Vuelta.
La teoría más Iógica habla de un problema de sobreentrenamiento que le impidió rendir en la montaña del Tour. Problemas que, tras un agosto notable, se han vuelto a reproducir. "Una enfermedad insidiosa no se cura de una forma espectacular", dicen los expertos, que apuntan a que los problemas sufridos en el Tour eran de tal gravedad que el simple reposo no hizo nada para superarlos.
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