La llama revive

Dos meses y medio después de yacer herido sobre el asfalto de Assen (Holanda), Àlex Crivillé regresó de su casa al podio de la categoría reina, el mismo que parecía haberse convertido en su territorio habitual la temporada pasada. El suyo vuelve a ser un ejemplo de la pasta especial de que están hechos los pilotos. Con la mano izquierda todavía renqueante, fue capaz de demostrar que volverá a brindar tardes de gloria al motociclismo español.El noi de Seva celebró su visita al podio de Montmeló como un triunfo, a pesar de que fue tercero. "Parece mentira que en la segunda carrera después de regresar a la moto ya haya podido rodar delante", comentó. "Estoy muy contento por este resultado". Crivillé se perdió cinco grandes premios como consecuencia de su lesión en la mano. Por eso no ha podido pelear contra Doohan como en 1996.

Sin embargo, el actual subcampeón mundial ha ultimado durante este fin de semana su renovación por el equipo oficial Repsol-Honda, por lo que tiene asegurada una de las mejores motos para la próxima temporada. "Ahora necesito seguir recuperando la confianza", dijo Crivillé. que sigue siendo el piloto español mejor clasificado en el Mundial, en todas las cilindradas, con su cuarta posición.

El resto de los españoles pasaron sin pena ni gloria por Montmeló, oscurecidos por sus propios resultados mediocres y por la destacada actuación de los dos tenores de 500cc. Jorge Martínez, Aspar (Airtel-Aprilia), en 125cc, era el único que tenía alguna opción de brillar, pero la arruinó un neumático defectuoso. Acabó l2º, muy lejos de la cabeza. También puntuó el joven Álvaro Molina, 15º (Honda). En 250cc, Emilio Alzamora (Fortuna-Honda), Luis D'Antin (Yamaha) y José Luis Cardoso (Yamaha) se clasificaron 12º, 13º y l4º respectivamente. Y en 500cc, aparte de Checa, Crivillé y Puig, Juan Bautista Borja (Elf) acabó en novena posición, mientras que Sete Gibernau (Yamaha) se cayó en la primera vuelta.