El gran espectáculo
Manolo Sáiz recuperala fórmula del éxito
"No os fiéis de la ONCE", decía en la salida Laurent Dufaux. "Parecen menos agresivos que otros años, menos dominadores, pero están siempre muy atentos, pendientes de todo lo que pasa delante". Nadie se fiaba de la ONCE, pocos en el pelotón creían el mensaje de que Zülle no andaba bien, menos aún que lo que Jalabert hacía con las metas volantes era miedo o fanfarroneo. Todos estaban preparados para lo que iba a pasar, a nadie le pilló por sorpresa, y sin embargo, sólo Escartín y Dufaux, los más fuertes de los rivales, no asistieron como espectadores dolientes al gran espectáculo del equipo de Manolo Sáiz en todo su esplendor. Después de un Tour equivocado, el director cántabro ha reencontrado la fórmula del éxito. Precisamente en su carrera más querida, la Vuelta, la prueba que ha dominado tremendamente los dos últimos años.Eufórico estaba Sáiz viendo que el gran trabajo de todo su equipo hacía reventar el pelotón. Y reclamaba el aplauso de todos los aficionados, aunque el gran derrotado fuera Olano, uno de los ídolos españoles. "No tiene tanta importancia la nacionalidad de quien gane como el espectáculo que dé", dijo. "Y si lo dan extranjeros [sus líderes, Jalabert y Zülle], que aprendan y trabajen igual los españoles".
Jalabert, el nuevo maillot amarillo, aun reconociendo -que sacaba un botín superior al esperado - "pensábarnos eliminar sólo a un rival, Tonkov, y de camino también nos hemos llevado a Olano", dijo-, no estaba tan eufórico. De una forma ligeramente contradictoria, como si antes le hubiera traicionado el subconsciente, afirmó: "No quiere decir nada los dos minutos de hoy sobre. Olano, aunque, claro, es mejor tener dos minutos a nuestro favor que en contra. No creo que Olano esté mal de forma, puede haber sido un mal día".
Zülle, que partía con una incógnita gigantesca sobre su espalda, fue otro de los ganadores del día. La ONCE como bloque y con dos líderes, como le gusta recordar a Sáiz. "Me he encontrado bien", dijo el suizo, "y he podido estar delante, pero a ver si sigo bien. No hay que lanzar las campanas a vuelo".
La ONCE sólo necesita trabajar para evitar el renacimiento de Olano y para eliminar a los dos únicos -Dufaux y Escartín- que les aguantaron ayer. Para ello, cada líder tirará de su táctica. Jalabert, el ataque sorpresa en terreno inesperado. "Cada vez que tenga una oportunidad, atacaré", dijo. Zülle, el más fuerte de los cuatro contrarreloj, a rentabilizar esa ventaja. "Cada día duro es un día peligroso para los que quieran ganar la Vuelta", sentenció el francés.
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