El euro para quien lo roba
He oído decir a otro charlatán de radio que el porvenir del euro está claro: ningún país va a poder llegar en las fechas precisas a la convergencia excepto España; se implantará la moneda única aquí y el resto de Europa seguirá igual. Esto nos producirá una satisfacción enorme de carácter moral, y quizá nos volvamos un poco más aznaristas de lo que somos -yo mismo me excluyo, por ahora, de esa adscripción, pero van llegando tiempos siniestros en los que no se podrá tener asco a nada-, y nos hundiríamos un poco más en la pobreza, aunque siempre nos quedaría la posibilidad de volver a ser la reserva espiritual de Europa. Y las estadísticas serán nuestras. Una riqueza estadística de empleos, contratos, salarios, inflación, PNB y todo lo demás es siempre mejor que una realidad de riqueza repartida que no compensa.No pasa de ser una paradoja, pero tiene algún interés. Se podría considerar, de una manera puramente especulativa, que es un fracaso de la economía teórica. La economía práctica es otra cosa: es una forma de administrar el dinero y los bienes de este mundo de una forma que, obedeciendo siempre a una fuerza centrípeta, estén en manos de los ricos, mientras el extremo del gran disco girando a toda velocidad sea el último agarradero de los pobres saprozoicos, que irán saliendo despedidos a una tasa conveniente. Eso sí, siempre tendrán a Teresa de Calcuta. La calidad salvadora de esta Teresa que forma trilogía ya con sus predecesoras homónimas -Ávila, Lisieux- está en su propia vida: viviendo en las peores. condiciones del mundo, entre enfermos de todas las enfermedades, ha llegado a los ochenta y siete años de su áspera vida (¡había nacido en Albania!). Esto es una digresión. Lo que importa ahora es ver cómo en esta turbulencia europea que crearon los acuerdos de Maastricht, el país que con más fuerza ha seguido la instrucción de quitar al pobre para dárselo al rico es España, mientras que en los otros el pobre se defiende con garras y dientes: y hasta es capaz de votar a los socialistas en lugar de a los conservadores. Kohl está haciendo sus últimos ejercicios de tentempié; Italia se retrasa en su commedia dell'arte, Francia se ofende, Gran Bretaña presiona para una Europa social. Eso sí, nosotros, con la fuerza moral que nos dio el franquismo, seguimos adelante. Nuestro será el euro, y nos podremos reír de los demás. Seremos la única Europa posible del futuro.
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