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El principe Carlos mantuvo una fuerte discusión con la Reina por su desacuerdo respecto al funeral

La reina Isabel II quería un funeral privado para Diana de Gales. Eso provocó una fuerte discusión entre ella y su hijo Carlos, partidario de conceder a la princesa muerta, aunque el divorcio le hubiera arrebatado el título de Alteza Real, unas exequias a la altura del calor del pueblo. Así lo reveló ayer la cadena de televisión británica Channel Four, que citó a un alto funcionario de la casa real. Buckingham Palace desmintió inmediatamente esa información, según la cual Carlos llegó a decir al secretario de la Reina que se "empalara con su propio mástil de bandera".

El primer ministro británico, el laborista Tony Blair, habló con el príncipe Carlos, heredero de la corona, para que persuadiera a su madre de la necesidad de dar un tono estatal a unos funerales que han provocado la pasión de la mayoría del pueblo británico. De acuerdo con esta postura, Carlos discrepó hasta tal punto con su madre que llegó a decir a su secretario privado, Sir Robert Fellowes, que se "empalara con su propio mástil de la bandera". Se da la circunstancia de que Fellowes está casado con Lady Jane Spencer, la hermana mayor de Diana. En las primeras horas tras la muerte de Diana, Isabel II insistió en que su cuerpo no debía ser acogido en ninguno de los palacios reales, sino en un lugar privado.Sólo durante su viaje a París para recoger los restos de su ex esposa, el príncipe Carlos consiguió hablar con Blair, y ambos se pusieron de acuerdo en llevarlos al palacio de St.Jarnes y en celebrar los funerales en la abadía de Westminster. Otra fuente declaró al programa que incluso 55 minutos antes del funeral, el pasado sábado, los miembros de la familia real estaban discutiendo sobre quién debía encabezar el cortejo.

En una rara coincidencia de ideas, políticos laboristas y conservadores británicos, por otra parte, iniciaron ayer gestiones para cambiar el nombre al aeropuerto internacional Heathrow de Londres por el de la Princesa Diana de Gales, fallecida el pasado 31 de agosto. "Creo que el asunto está hecho. En el clima actual va a ser muy difícil encontrar oposición a la campaña", comentó una fuente vinculada al proyecto, que fue presentado por el parlamentario laborista Lindsay Hoyle e inmediatamente secundado por el líder de los conservadores, William Hague.

El cambio está siendo considerado desde ayer por el comité creado por el Gobierno de Tony Blair y presidido por el canciller Gordon Brown, dijeron fuentes políticas. La empresa privada BAA plc, que controla Heathrow, declinó hacer comentario alguno al respecto.

Laboristas y conservadores defienden el cambio citando ejemplos de distinciones similares: el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, el Charles de Gaulle en París, el Jan Sinuts de Johannesburgo y el David Ben Gurión de Tel Aviv.Pero mientras se busca realzar la memoria de Diana, ayer quedó descartada la idea de restituirle póstumamente el titulo de Su Alteza Real. El conde Spencer, hermano de Diana, y abanderado de la nueva y nada discreta campaña de críticas a la Casa de los Windsor, manifestó categóricamente su oposición. Desde París, mientras, se confirmó que Diana no llevaba atado el cinturón de seguridad en el momento del accidente.

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