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Boadilla asegura que este mes realoja a los chabolistas magrebíes

El Ayuntamiento de Boadilla del Monte (17.834 habitantes) iniciará este mes el programa de realojamiento para los más de 200 inmigrantes que viven en las cerca de cien chabolas del insalubre poblado de Los Yelmos. El plan nació en febrero, después de que un incendio devorara gran parte del poblado. Lleva paralizado desde entonces. La situación en la zona es miserable. Toneladas de basura se acumulan alrededor de las chabolas. Los magrebíes beben agua no potable de un pozo.

El poblado de Los Yelmos se asienta sobre un erial que, sin embargo, tiene un gran valor porque en él confluyen varios proyectos de importancia. Por un lado, el trazado de la M-50 que ha dibujado el Ministerio de Fomento pasa por encima de las chabolas. Por otro, el Canal de Isabel Il quiere construir allí una canalización de aguas residuales que conectaría con una nueva depuradora para Boadilla y Villaviciosa de Odón. Además, los promotores inmobiliarios están interesados en eliminar las chabolas para poder vender mejor sus chalés.El Ayuntamiento afirma que va a resucitar este mes el programa de Realojamiento de Inmigrantes que surgió en febrero tras el incendio en el que quedaron destrozadas una 40 chabolas en las que vivía un centenar de personas. Quince de ellas consiguieron que el Ayuntamiento les tramitara pisos de alquiler barato. Pero desde entonces no se ha realojado a ningún marroquí más. "Ha sido porque Provivienda [una empresa que proporciona pisos de alquiler] estaba comprometida a ceder todos los pisos que encontrara al Ayuntamiento de Madrid", explicó el primer teniente de alcalde, José Galeote, del PP. La oficina de atención al inmigrante que el gobierno local prometió abrir en la primavera pasada aún sigue cerrada: "Ahora la vamos a abrir", añade Galeote.

Bolsa de trabajo

Los puntos fuertes del programa son el realojamiento, la creación, de una bolsa de trabajo y cursos de adaptación.

El primer objetivo es conflictivo porque los marroquíes no quieren realojarse en pisos: temen afrontar cada mes la factura del alquiler por su inseguridad laboral. Galeote asegura que "el Ayuntamiento garantizará el pago de los alquileres o bien proporcionará un trabajo a los marroquíes para que puedan abonarlo".

En cuanto a la bolsa de empleo, aunque el Ayuntamiento anunció en febrero que "de inmediato la iba a abrir", aún no se ha ofrecido ninguna lista.

En tercer lugar, "pero no menos importante", según Galeote, está la educación de los inmigrantes. "Tanto de los niños [hay cerca de 40 en el poblado que ya están escolarizados en centros docentes del municipio] como de sus padres". También hay jornada educativas para enseñar castellano a los niños marroquíes y para introducir en las costumbres españolas a los padres para facilitar la convivencia.

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