Colaboración policial
Madrid, 28 de agosto, 3.50 a.m..., ¡vaya hora de salir de la oficina, tenemos un montón de trabajo tremendo! Bueno, por fin en casa. Tengo la moto aparcada en la puerta... Doy al contacto y, sorpresa, sin batería. Bueno, no hay por qué alarmarse. La calle de Goya está próxima y tienen pendiente para empujar y lanzar el vehículo. Empujo hasta allí y, ¡qué suerte!, un coche de la Policía Municipal. Me acerco empujando la moto (que es relativamente grande) y les solicito, por favor, que me den un impulso para poder arrancar. La respuesta me deja atónito: "¡Nosotros no estamos para estas cosas!; además, no tenemos fuerza para empujar un vehículo tan grande".Imagínense la cara que se me quedó. Menos mal que 300 metros después, un amable taxista sí tuvo fuerzas para que yo pudiera arrancar y marchar a casa.-
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