Los trucos del recorrido

Los 624 metros del recorrido de los encierros de San Sebastián de los Reyes están llenos de trucos y claves. Si se es un corredor experto, se podrá participar del recorrido en su totalidad, ya que el primer tramo está reservado a los especialistas. En esta parte se encuentra, además, la primera puerta de seguridad y un tirador de élite de la Policía Nacional preparado para abatir desde un todoterreno a cualquier res que atraviese el vallado.A partir de la curva de la calle Real se permite el acceso al público. Esa calle es precisamente la mejor zona para ver buenas carreras de corredores expertos, pero la esquina con la calle Leopoldo Jimeno es considerada una de las partes más peligrosas del recorrido, al estrecharse ligeramente la calle y juntarse los corredores preparados con la multitud que espera los toros más adelante, que en los días de fin de semana puede superar las 700 personas.

Emoción sin riesgo

Si se busca emoción sin riesgo, lo mejor es la denominada "zona de los valientes", situada junto a la segunda puerta de seguridad en el inicio de la zona libre de corredores de la calle de la Estafeta.

Varios centenares, de jóvenes se agolpan ante esa puerta esperando que se abra cuando suena el cohete. Entonces corren como posesos hacia la plaza, aunque los toros ni siquiera han salido aún de los corrales y los corredores dé verdad ni pestañean.

El principal objetivo de estos valientes no es precisamente disfrutar de la subida de adrenalina, sino ahorrarse las 200 pesetas que cuesta la entrada a la plaza para la suelta de vaquillas.

Para los espectadores, el mejor punto de observación es el edificio Estafeta, situado en la última curva del recorrido y desde cuya azotea se divisa prácticamente todo el encierro. Este edificio es uno de los pocos que superan las cinco plantas en el término municipal de San Sebastián de los Reyes, y es propiedad privada, por lo que el acceso es difícil.

Las dos últimas zonas complicadas del recorrido son el último tramo de la calle Estafeta, con una importante pendiente en descenso, y la propia entrada a la plaza, en la que los servicios de seguridad han instalado unas aberturas inferiores similares a gateras para facilitar la evacuación de los heridos en los posibles tapones, principal riesgo de esta parte final del recorrido.