Con pólvora ajena...

En su periódico se publicó, en la contraportada, un artículo titulado Despedida por pasear con el enemigo en el que se narra el caso de la trabajadora Sara Inés Vega Núñez, que fue despedida del Ayuntamiento de Castro Caldelas (Ourense), gobernado por el PP. Me sonaba.A saber. Fui despedida del Ayuntamiento de Ezcaray (La Rioja), gobernado por el PP, por tener amistad con el secretario y no doblegarme a la pretensión municipal, con su alcalde-cacique a la cabeza, de que concluyera la misma. En la carta de despido disfrazaron el mismo diciendo que había faltado a la verdad en mi declaración por un expediente disciplinario que se abrió al secretario; expediente que, posteriormente, fue sobreseído. La última sentencia sobre el asunto considera mi despido como improcedente y declara que mi conducta "... no era merecedora de la ruptura del vínculo laboral". Otra cosa es que, desde la reforma laboral llevada a cabo por el Gobierno socialista, un ayuntamiento quisiera despedir a una trabajadora molesta, aun no habiendo ninguna causa, es decir, porque le da la gana al alcalde de turno, y un tribunal considere ese despido improcedente y la empresa opte por el despido con indemnización. Indemnización que no va a pagar de su bolsillo quien ha tomado la decisión.Cuestión ésta, la del despido con indemnización de una administración pública en casos en los que no existen causas objetivas para el mismo, que considero escandalosa y de suma gravedad, pues es muy fácil tomar ese tipo de decisiones cuando a uno no le cuestan nada económicamente y, al tiempo, se consigue quitar de en medio a la gente que por diversas causas molesta e incomoda al PP. Partido que la gente de izquierda, y la propia empresa editora de EL PAÍS, sabemos que es capaz de cualquier cosa con tal de alcanzar sus objetivos-