La crisis monetaria en el sureste asiático alcanza a Hong Kong, una de las mayores plazas financieras del mundo
La crisis monetaria en el sureste asiático se extiende como la peste en la era de la globalización de los mercados. Ayer le tocó el turno a una de las principales plazas financieras del mundo, Hong Kong, cuyos índices bursátiles marcaron mínimos desconocidos desde hace dos meses.El índice Hang Seng, que recoge la cotización de los 33 valores principales, perdió un 2,4% en la última sesión, la caída más fuerte desde el pasado 12 de junio, y registró el cierre más bajo desde el 30 de julio en 16.096,88 puntos. También el índice Hong Kong All-Ordinaries perdió un 2%, pese a que el volumen de contratación se incrementó un 50% respecto a la media diaria registrada en los últimos tres meses.
La caída de la Bolsa de Hong Kong se produjo después de que los tipos de interés de referencia en el mercado se elevaran más de un 2% hasta alcanzar el 9% para las emisiones de renta fija a tres meses, nuevo máximo desde 1995.
La súbita subida de tipos provocó que los inversores se pusieran inmediatamente a especular sobre si el dólar de Hong Kong podría o no resistir sus ataques o las autoridades de la isla acabarían por rendirse y dejar flotar libremente su divisa en el mercado. Es justo lo que ha ocurrido en Indonesia, Malaisia y Filipinas, cuyas autoridades han dejado flotar sus monedas tras continuas depreciaciones frente al dólar estadounidense.
Ayer, el dólar de Hong Kong cotizaba a 7,7495 por dólar de EE UU frente a un cambio de 7,1455 en la jornada anterior, pero analistas del mercado aseguran que los especuladores han colocado el nivel máximo de resistencia en 7,75 y que no dudarán en utilizar toda su artillería hasta llegar a él.
Tampoco fue un buen día para las autoridades de otros países de la región, donde la tormenta ha llegado precisamente cuando se celebra el 30 aniversario de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) formada por Brunei, Filipinas, Tailandia,. Indonesia, Malisia, Singapur, Vietnam, Myanmar (antigua Birmania) y Laos.
Los especuladores han ignorado las actuaciones de los bancos centrales. El ringgit de Malaisia se depreció ayer un 6% y alcanzó un nivel desconocido desde hace 24 años en 2,8250 por dólar de EE UU, aún después de que el banco central interviniera para evitar un batacazo mayor. En el segundo día de flotación libre de la rupia, la divisa de Indonesia depreció otra vez a míni çmos históricos y cotizó a 2,915 unidades por dólar de EE UU. La rupia y el ringgit son más vulnerables que otras monedas, ya que sus economías acumulan déficit más elevados que el resto.
La jornada fue más tranquila para el baht de Tailandia, que cayó un 0,47% respecto al cambio frente al dólar marcado en la jornada anterior, y el dólar de Singapur, apoyado en una economía que registra un superávit del 15% en relación a su producto interior bruto (PIB).
En Manila (Filipinas), un empleado de un banco extranjero que pidió no ser identificado, explicó la situación afirmando que "toda la economía se tiene que ajustar a las nuevas reglas en los mercados". Añadió que el ajuste de las economías del sureste asiático a las "nuevas realidades" llevará de 12 a 18 meses.
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