El descanso de los atunes

Felipe González ha regresado a la Península, y puede que hasta a la oposición, poniendo una vez más en labios de los lugareños la famosa copla de Manuel Machado que reza: "Felipe se va a los puertos, Sa Illa se queda sola, los atunes le dan gracias, y los veraneantes toman Alka Seltzer". Sabrán que el ilustre ex estadista, fotografiado últimamente con todas sus michelinas, se convirtió, durante las tres semanas de sus vacaciones en Mallorca, en o azote dos atuines do Mediterráneo y en o furor da marmitako reinante. Empeñado en capturar los mencionados pescados azules y en cocinarlos a la manera que él sabe, o sea, en marmitako -riquísima, pero poco adecuada receta para la insolación que nos invade-, González optaba por invitar al personal a sus cenas, rendirlo a base del entrañable guiso y, una vez cautivo y desarmado el invitado, le colocaba uno de sus chispeantes e interminables soliloquios sin que el otro pudiera ni moverse. Diabólico, ¿no?Pero hay más horror si cabe. A los periodistas nos encanta presumir de cultos y, en cuanto se produce una catástrofe natural, tipo inundación de cámping o incendio de tiovivo, gustamos de decir -a veces, a lo largo de toda una quincena- que estamos presenciando "un espectáculo dantesco". Bien, debo decirles que quien tiene la exclusiva en Dante es Ana García Obregón, ante cuyas dotes para el merchandising me rindo sin más. Anoche, como ya saben, ingresó en mi propio hotel con su propio Davor Suker, burlando a los periodistas, y se pasó toda la tarde dale que te pego -según un testigo auditivo, él iba diciéndole todo el rato: "¡Antoñita, eres fantástica!"-, mientras en su casa familiar de Costa de los Pinos, do moran gentes de la más alta raigambre facha de este país, más alguna excepción, su santa madre cuidaba de Dadín, cuyo padre Lequio coincidirá en Mallorca este fin de semana con el propio Suker, que juega, mas ello no nos importa. A lo que iba es a que la perfecta relaciones públicas dantesca que es Ana, después de gozarse al futbolista en solitario, decidió alentar a la canallesca escapándose por las cocinas de mi propio y su propio hotel, con su propio Suker, camino de un restaurante en Puerto Portals de esos a los que ni a usted ni a mí se nos ocurriría acudir si tuviéramos un lío con un casado.

Incidiendo en lo dantesco, digamos que corre el escalofriante rumor de que se encuentran en la isla José María Mohedano y su indestructible Nelsy Chelala, así como también que Joan Fageda, el alcalde, ha rechazado una propuesta anónima para hacerse sponsor de las vacaciones de Isabel Preysler por mor de garantizarle su presencia en la isla. Esto último es algo que no puedo creer, pues ella nunca se dejaría pagar tan groseramente en sólo especies.

En cambio, sí creo el rumor que dice que Clinton está haciendo gimnasia como loco: en Washington me enteré de que había cambiado de asesor de imagen, y de que ahora tiene a alguien muy parecido al ex marido de Paloma Picasso, una especie de amish que le obliga -a Clinton- a taparse los muslazos cuando sale de footing, en vez de usar aquellos shorts minúsculos que dejaban al descubierto sus rodillos de amasar empanadillas. Dicen que nuestro presidente de Estados Unidos combate su tendencia al sobrepeso haciendo ejercicio, pero luego se pone ciego de comida basura. En cambio, nuestro presidente de Valladolid -que el 19 aterriza en Marivent, con señora, para almorzar con los Reyes: tirululiri, yo ya no estaré- no necesita quitarse el calzón corto para estar exactamente igual de pavoroso, o dantesco. En fin.

En Der Spiegel han sacado un reportajazo sobre Mallorca en el que tratan a la isla como su propiedad privada, y ayer vi en la cadena RTL un informe sobre las gitanas ladronas que desvalijan a los turistas mediante el truco del clavel reventón agujereado. ¿Vamos a asistir impávidos a semejante afrenta, ahora que Felipe ya se marchó y el atunerío descansa en paz?

Brrr... Perdonen que les deje, pero voy a estrangular a la niña alemana de la habitación contigua.