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Un juez de Japón da la razón a una mujer que rechazó la tarea doméstica

Un tribunal japonés acaba de dar la razón a una mujer de 33 años que se divorció de su marido después que éste le exigiera hacerle cada día el desayuno, plancharle los pantalones y limpiar toda la casa. La mujer tiene un empleo remunerado a jornada completa, pero el esposo consideró que las tareas domésticas son el verdadero trabajo de una mujer.

El marido, un funcionario público de 35 años, había demandado a su mujer en los tribunales para exigirle cerca de 38.000 dólares (unos 5,8 millones de pesetas) en concepto de indemnización por no haber cumplido hasta el final los acuerdos matrimoniales. El tribunal rechazó esta pretensión, pero acordó que la esposa deberá devolver el anillo de boda y un regalo de 8.000 dólares (1, 2 millones de pesetas) en metálico.

Un creciente número de mujeres japonesas se niegan ya a casarse, por la dureza de las tareas domésticas que se esperan de ellas.

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