Ottey, en busca de su viejo sueño en 100
Nadie representa mejor el cambio de los tiempos en el atletismo que la incombustible Merlene Ottey. La velocista jamaicana ha llegado en un excelente estado a los 37 años precisamente porque el panorama del atletismo cambió de forma radical en 1983.En 1983, Ottey contaba 23 años, acababa de terminar sus estudios en la universidad de Nebraska, había participado en los Juegos de Moscú y probablemente se acercaría al final de su carrera deportiva.
Pero los Mundiales de Helsinki abrieron la vía del dinero para los atletas. Los resultados son evidentes. Todas las viejas teorías sobre el pico máximo en la edad de los atletas se han venido abajo. Ottey tiene 37 años y está en condiciones de ganar la prueba de 100 metros en Atenas. El problema es que hasta ahora no lo ha conseguido.
Durante los últimos 18 años, Ottey ha figurado entre las diez mejores velocistas del mundo. Ha ganado 20 medallas entre Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo. Durante un tiempo fue conocida como La dama de bronce por su terquedad en quedar tercera. Pero ganó el oro en 200 metros en los Mundiales del 93 y del 95.
Frente a la decepción que producen las derrotas, Merlene Ottey ha sabido sacar lecciones de los fracasos. "Acepto las derrotas y sigo adelante. Ni me escondo, ni digo que voy a retirarme, como hacen otros", dice la atleta, dirigida por Linford Christie.
Ottey tiene ahora una espléndida oportunidad en los 100 metros. Sólo la joven estadounidense Mario Jones (21 años) se interpone ante su gran sueño: el oro en la prueba de mayor prestigio en la velocidad.
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