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Asalto al reino de los grandes

Dos grupos de teatro aficionado de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes triunfan en festivales europeos

Talía, la musa del teatro, parece haberse encariñado con el norte de Madrid. O al menos con dos grupos que han llevado el teatro aficionado español a triunfar en dos festivales dramáticos europeos. La Asociación Druida, de Alcobendas (83.000 habitantes), obtuvo el primer premio en el Festival de Teatro Aficionado de Galmaarden, en Bélgica; mientras que el Grupo Blas de Otero, de San Sebastián de los Reyes (58.000 habitantes), ha sido considerado por la crítica "la revelación" del festival italiano de Asti, en el que participaron grupos tan conocidos como Els Comediants.Las dos formaciones tienen historias diferentes pero paralelas. Ambas cuentan con 35 miembros, divididos en varios grupos en el caso de la Asociación Druida. La formación Blas de Otero nació en 1980, pero se refundó hace tres años; la Asociación Druida surgió en 1991 de unos talleres municipales de teatro en Alcobendas.

Hasta su salto internacional los dos grupos se habían limitado a su comarca, representando en los teatros obras para niños, montajes sobre textos poéticos y obras mayores de grandes escritores como La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, o Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo.

Escenas por el mundo

Druida ya comenzó a ver mundo el año pasado, y éste asistía por segunda vez a Galmaarden. Llevó un espectáculo de creación propia titulado Potaje de corcheas, en el que unas señoras de la limpieza sacan las castañas del fuego a un director que rueda un nefasto musical."Escribimos una carta cuando supimos del certamen. El año pasado ya nos invitaron y debimos gustarles, porque este año nos volvieron a llamar", relata Ángel Bailón, de 35 años, uno de los veteranos del grupo.

Francisco Bueno, de 28 años, que ejerce de director, asegura que cada año se suma más gente: "Tenemos hasta tres grupos distintos trabajando", dice.

La forma en la que el grupo Blas de Otero llegó a Asti, un festival con 19 años de vida y tradicionalmente reservado a grupos profesionales, fue algo más precipitada.

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"Un miembro del grupo le habló de nosotros a uno de los organizadores y nos pidió vídeos y documentación sobre nuestros montajes. Se los enviamos y les interesaron", explica Luis Pérez Lara, director de este grupo en el montaje El mundo de Keka, el aquelarre de creación propia que representaron en Asti.

Pero no todo fue un camino de rosas: "Tuvimos que alargar el texto, que duraba apenas 40 minutos, y eso supuso añadir personajes y ensayar a toda prisa la última parte", recuerda Pérez Lara. Druida también trabajó duro. "Improvisamos mucho en cada una de las cinco representaciones; hubo que suprimir ciertas cosas que no nos parecían apropiadas, sobre todo en la representación infantil", relata Enrique, de 23 años, uno de los actores del grupo de Alcobendas.

Al final mereció la pena. "Nos interrumpieron varias veces con aplausos y hemos recibido muy buenas críticas. No nos esperábamos algo así ni de lejos", afirma Estela Márquez, de 22 años, uno de los duendes de El mundo de Keka. El prestigioso diario italiano La Stampa ha dicho de ellos: "Este grupo español está, en muchas cosas, a la altura de los mejores profesionales del festival".

Druida no necesitó buenas críticas. El primer premio del certamen fue suficiente. Por si fuera poco, tienen otro motivo de orgullo: siendo aficionados, han logrado vencer en la primera ocasión en la que el festival belga se abría a la participación de grupos profesionales.

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