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Tres bandas copan la venta del tabaco de contrabando

Jan Martínez Ahrens

Un terremoto ha sacudido el mercado del tabaco de contrabando en Madrid. Tres bandas, procedentes de los países del Este, han irrumpido en el último año en este negocio ilícito y se han hecho con su control, según fuentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). La clave de esta acelerada expansión, que ha conseguido desbancar a las organizaciones tradicionales -excepto las chinas-, reside en la forma de operar de estas bandas.Formadas cada una por unas 20 personas y con una esructura cooperativista, han desarrollado un sistema de transporte y distribución masiva que, organizada como un pequeño ejército, les permite burlar el cerco del SVA, organismo de la Agencia Tributaria encargado de reprimir este delito.

Tradicionalmente, según el SVA, los contrabandistas traían hasta la capital camiones cargados de mercancía procedente de Andorra u Holanda. Este tabaco era depositado en almacenes clandestinos, desde donde se distribuía a los vendedores de la capital. Este procedimiento permitía a los agentes llevar a cabo grandes incautaciones y detener a los responsables por un delito de contrabando.

Ahora, para evitar la acción de la justicia, las nuevas bandas se dedican a transportar un máximo de seis cajas de tabaco (3.000 cajetillas) por viaje, una cifra que no es causa de delito (más de 10 cajas), sino únicamente de sanción administrativa. Como contrapartida a esta escasa cantidad, multiplican los viajes a un ritmo frenético, hasta el punto de que el SVA ha llegado a registrar coches que en menos de una semana habían recorrido más de 15.000 kilómetros. "En la N-II, una de sus rutas, hemos llegado a detectar en una sola noche 10 coches sospechosos. Es una verbena", indicó una fuente del SVA.

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Precisión militar

El tabaco decomisado baja un 50% con las nuevas bandas

En su constante ir y venir, estas bandas nunca almacenan el tabaco en un punto fijo de la capital, sino que cada porte tiene ya establecido que a su llegada le espere en un sitio determinado el distribuidor, en muchas ocasiones inmigrantes magrebíes que a la mañana siguiente ofrecen la mercancía por las calles. Estas cajetillas, ya en el mercado, cuestan unas 100 pesetas menos que las legales y se distinguen por carecer del preceptivo precinto de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que certifica el pago del impuesto sobre el tabaco.Este operativo, planificado y desarrollado con precisión militar, según el SVA, ha permitido a estas bandas barrer el mercado y blindarse frente a la persecución legal: no poseen almacenes, no practican el contrabando y el registro de los vehículos se salda con meras sanciones administrativas. "No las pagan, porque sus domicilios son desconocidos, y los coches, al ser de alquiler, no pueden ser decomisados", indica la citada fuente.

Otra característica de estas tres bandas es su estructura horizontal. "Constituyen una especie de cooperativa delictiva en la que todos comparten gastos y beneficios. Es algo completamente distinto a la estructura piramidal de las organizaciones tradicionales, donde la mayoría del dinero afloraba en una sola persona a la que fiscalmente se podía capturar", añadió la citada fuente, quien destacó el peligro de que estas redes lleguen a utilizar su infraestructura para introducir en Madrid otros productos de contrabando.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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