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Discrepancias sobre la ampliación de la Unión Europea

Xavier Vidal-Folch

Seis Gobiernos de la Unión Europea (UE) propusieron ayer la apertura de negociaciones para la ampliación con todos los países candidatos de Europa del Este. Italia, Suecia, Austria, Dinamarca, Finlandia y Grecia criticaron en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores la tesis contenida en la Agenda 2.000 de la Comisión de invitar a negociar sólo a cinco candidatos (Polonia, Hungría, República Checa, Estonia y Eslovenia), de los 10 del antiguo telón de acero, además de Chipre."Hay que evitar una diferencia de trato desde el principio", indicó el italiano Lamberto Dini, evocando la necesidad de no recrear el muro de Berlín; que desviaría las inversiones exteriores hacia los países selecionados, en detrimentos de los farolillos rojos. Todos los candidatos deben exhibir su situación exacta "y eso sólo se puede hacer en la mesa de negociaciones", abundó el danés Niels Helveg Petersen. "Si descartamos algún país, corremos el riesgo de que su ciudadanía rechace las reformas necesarias", añadió.

Países inmaduros

Pero los pesos pesados de la Unión, Francia, Alemania y Reino Unido, flanquearon al Ejecutivo comunitario. Su presidente, Jacques Santer, calificó de "indeseable" iniciar negociaciones con países "que no están maduros", para evitar la creación de "falsas expectativas". "Es evidente que no podemos abrir negociaciones con todo el mundo", le apoyó el ministro francés, Hubert Vedrine.Tanto Vedrine como el británico Robin Cook reconocieron sin embargo el riesgo de crear un club de descontentos entre los candidatos. Para evitarlo esperan que la Conferencia Europea -una especie de sala de espera donde se congregarán todos los aspirantes- actúe como linimento. Pero también ahí cunde el desacuerdo. Mientras París está de acuerdo en que Turquía acceda a ese foro, Bonn se muestra reticente. La decisión final sobre estas cuestiones será adoptada en el Consejo Europeo -o cumbre- de Luxemburgo, el próximo diciembre.

El paquete financiero que acompaña la ampliación -o paquete Santer- es también motivo de polémica. Mientras España propugna que el techo presupuestario (fijado en el 1,27% del PIB de la Unión) sea rebasado si así lo exige el proceso de ampliación, otros grandes países se oponen. Cook militó ayer en este grupo, y consideró en consecuencia "inevitable que los Quince acepten transferencias de recursos a los nuevos Estados", centradas en los fondos estructurales.

Las preocupaciones francesas se concentran en la salvaguarda de las rentas agrícolas. Estas, así como la "vocación exportadora" de la agricultura europea, "deben mantenerse" en el nuevo paquete financiero. El descenso de precios que supondrá -compensado con más ayuda directa a los agricultores- preocupa a Alemania, cuya agricultura se basa en precios altos.

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