El PSOE pide al PP que deje de hacer política en los tribunales
La primera reacción oficial del PSOE a la decisión de la Sala Segunda del Tribunal Supremo fue arremeter contra el Partido Popular por haberse personado en la causa como acusación popular y haber mostrado un brío acusatorio notable y, al parecer, carente de concreción, como ha puesto de manifiesto el auto del alto tribunal.Tras seis años de instrucción, el hecho de que el Supremo haya exculpado a más de la mitad de las personas que pretendía implicar el PP, empezando por Guillermo Galeote, causó ayer alegría en el PSOE, pero ya sin fuerza para manifestarla, por la amargura que ha provocado en muchos dirigentes este caso y el daño irreparable que ha causado a toda la organización.
El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, mostró su alegría, en primer lugar, por las personas que quedan excluidas del caso, como es Guillermo Galeote. Después realizó una petición: "Al PP le pedimos que deje de hacer política en los tribunales".
El portavoz del PSOE en el Senado, Juan José Laborda, fue más duro en su reacción: "Se ha puesto de manifiesto la mala intención del PP, que pretendía meter en la cárcel a colegas políticos". Francisco Fernández Marugán, responsable de finanzas desde que Galeote dimitió, sentenció con cierta amargura: "La pena ha sido el proceso", en referencia al sufrimiento de Galeote.
De las críticas tampoco se salvó el juez Marino Barbero, primer instructor del caso. "De los 50 imputados de Barbero hemos pasado a l2", recordó Fernández Marugán.
"Nadie investiga a HB"
Otro punto de vista lo aportó también Juan José Laborda. A su juicio, la "causa general" abierta contra el PSOE, la búsqueda de sus formas de financiación, contrasta con la "lenidad" con la que se trata al PP en esta materia.Laborda se preguntó también "por qué no ha habido nadie con valor para preguntar cómo, se financia Herri Batasuna; nadie ha entrado en sus sedes para estudiar sus ingresos y sus gastos; nadie se ha quedado los disquetes de su contabilidad; en fin, hay cierta desproporción en todo esto".
Fernández Marugán tampoco evitó lanzar reproches a ciertos compañeros de su propio partido. "Algunos compañeros no atendieron el derecho a la presunción de inocencia y dieron más credibilidad a las opiniones interesadas en perjudicar al PSOE que a las de los compañeros afectados", afirmó.
El caso Filesa desató con toda su virulencia la batalla interna en el PSOE entre renovadores y guerristas. Los primeros vieron que este asunto podría llevarse por delante al aparato del PSOE, dominado entonces por el ex vicesecretario general, Alfonso Guerra. De hecho, aunque tuvieron que pasar algunos años más, lo consiguieron.
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