Pragmatismo sobre las privatizaciones
El Gobierno de Lionel Jospin se ve en la obligación de acomodar la ideología a la realidad. Conocida la auditoría de las finanzas públicas, se comprende que el no rotundo a las privatizaciones con que la izquierda ganó las elecciones haya desaparecido y se opte por una vía pragmática.Una primera privatización está ya en el calendario para otoño, la de la aseguradora GAN, con su banco, el CIC. No hay dinero público para recapitalizarla y Bruselas exige su venta.
France Telecom se mantendrá bajo control estatal, pero una gran parte de su capital saldrá a Bolsa. La hipótesis con que trabaja el Ministerio de Finanzas se basa en privatizar un 49%, lo cual permitiría mantener el compromiso electoral.
Además, el Estado obtendrá ingresos que necesita y, sobre todo, intercambiar una parte del capital con la alemana Deutsche Telekom para fraguar la mayor alianza continental en las telecomunicaciones. El futuro de Air France, la otra gran empresa pública cuya venta fue suspendida por la izquierda, tendrá que aclararse en poco tiempo.
Los ingresos extraordinarios no bastarán, sin embargo, para controlar el déficit de forma duradera. Sin los 50.000 millones de francos (1,25 billones de pesetas) que Alain Juppé tomó prestados del fondo de pensiones de France Telecom, el déficit presupuestario rebasaría hoy el 4,2%.
Los auditores afirman que "las finanzas públicas de Francia están en crisis" y que una recuperación de la economía no bastará para volver al equilibrio. Si Jospin no acomete una reforma profunda del Estado, el déficit volverá a disparse una vez extinguidos los ingresos atípicos de las privatizaciones.
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