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El líder de los GRAPO Sánchez Casas reivindica la lucha armada tras cumplir 18 años de cárcel

Jorge A. Rodríguez

El histórico dirigente de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) José María Sánchez Casas salió ayer en libertad tras cumplir 18 de los varios centenares de años a los que fue condenado por varios atentados mortales. Sánchez Casas, de 52 años, reivindicó al travesar las puertas de la cárcel Sevilla II a vigencia de la lucha armada. "Mientras sigan existiendo injusticias habrá que seguir luchando con las armas en la mano, supongo", dijo ante un centenar de simpatizantes de los GRAPO y del PCEr (reconstituido) y familiares.

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Sánchez Casas, delgado, envejecido y con pelo y barba blancos, atravesó la verja de Sevilla II a las 11.10 de la mañana, acompañado de otros dos ex reclusos. El saludo con el puño en alto lo distinguió enseguida de sus compañeros de libertad. Nada más abrazar la libertad y a su mujer, Lali, hizo unas breves declaraciones entre gritos de apoyo. "Después de pasar 18 años en la prisión, primero tengo que ver cómo están las cosas, aunque creo que están peor que cuando entré", aseguró.¿Se arrepiente?, le preguntaron. "Espero que se arrepienta el Gobierno", replicó. El dirigente y cofundador de la banda entró en la cárcel el 12 de octubre de 1979 condenado por el atentado de la cafetería California de Madrid y los asesinatos del general Muñoz Vázquez y del magistrado Cruz Cuenca, entre otros delitos. Las condenas sumaban varios centenares de años, pero la aplicación del nuevo Código Penal y de las redenciones de pena la han reducido a algo más de 18.

Tras reivindicar la vigencia de la lucha armada, el histórico grapo no quiso abundar en el asunto: "¿Qué quieren, que vuelva ahí dentro?", dijo, señalando con el dedo la prisión que acababa de abandonar a sus espaldas. Mientras decía esto, los simpatizantes que le esperaban coreaban gritos como "¡Pajaritos pío, pío, militares, pum, pum!", "¡No son terroristas, son comunistas!", o "¡Libertad para los presos políticos!".

"La televisión miente"

El gaditano Sánchez Casas, que, ha estado destinado en la biblioteca de Sevilla II, restó importancia a las manifestacines populares celebradas en España tras el asesinato a manos de ETA del concejal del PP de Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco. "La televisión miente mucho", dijo, antes de explicar: "Mientras se estaban celebrando esas manifestaciones había mucha gente en las playas, ¿qué piensa esa gente?".El ex recluso, vestido con un niky, vaquero oscuro y zapatos tipo náutico, contrapuso la respuesta popular al crimen de Miguel Angel Blanco a la falta de respuesta ante la opresión que a su juicio sufren los obreros españoles: "Yo también esperaba que se celebraran manifestaciones cuando fueron asesinados 18 obreros en las bodegas de un buque en Valencia, y nada". Sánchez Casas se refería a la explosión ocurrida en los astilleros valencianos a principios de julio. En esta línea, explicó que en España "mueren cada día una media de tres obreros en lo que se llaman accidentes de trabajo y nadie se manifiesta ni nada".

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Sánchez Casas, que utilizó los apodos de Vicente, Vargas o Mejías durante su militancia activa en los GRAPO, incluso ,descalificó a los presos etarras que han criticado los crímenes de la banda vasca para lograr sus fines. "Esos no son etarras, están fuera de la banda", dijo.

El medio centenar de personas que le esperaban a pleno sol en la explanada de la prisión, algunos procedentes de Galicia, portaban banderas del PCEr, una formación no legalizada, y paneles en los que arremetían contra Ios 500 muertos de la guerra sucia" y la supuesta ley de punto final contra los GAL.

Rumbo a Cádiz

El hijo y la hija de Sánchez Casas también lo esperaban en la calle, así como dos de los abogados habituales de los presos de los GRAPO, Juan Manuel Olarieta y Francisca Villalba. Precisamente en el automóvil de esta última, el dirigente grapo abandonó la zona rumbo a Cádiz, donde vive su familia, deseando poder tomar "unas cañas en la playa de la Victoria", una zona de Cádiz en la que en su juventud tenía una caseta.Sánchez Casas es el segundo grapo que abandona la prisión en lo que va de mes, en ambos casos tras el cumplimiento de las penas. Hace 12 días abandonó la cárcel de Topas (Salamanca) Olegario Sánchez Corrales, tras 20 años de presidio. Al igual que Sánchez Casas, Olegario también dio muestras de seguir fiel al ideario de los GRAPO. Al salir de prisión, lo único que dijo fue: "Un saludo a todos los obreros de España".Otros 60 activistas de esta organización terrorista siguenen las cárceles españolas.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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