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"Soy muy escéptico sobre la unidad de Ajuria Enea"

Juan María Atutxa huye del triunfalismo y se muestra escéptico sobre el tiempo que dura la foto fija de unidad que muestran ahora los partidos que se sientan en la Mesa de Ajuria Enea. Cree que la decidida apuesta del PNV por el diálogo entre ETA y el Gobierno pudo ser precipitada y asegura que los dirigentes de HB "irán como corderos" al juicio en el Tribunal Supremo el próximo mes de octubre.Pregunta. El asesinato de Miguel Ángel Blanco ha puesto a la Mesa de Ajuria Enea en los niveles de unidad de finales de los 80 y principios de los 90.

Respuesta. Leyendo los documentos de los violentos, se detecta que este foro es un instrumento verdaderamente demoledor para ellos y es bueno para avanzar en el camino de la pacificación. Lo que debemos hacer es mermarlos en su capacidad y obligarles a entrar en una vía de reflexión. Esa Mesa era buena, pero nosotros mismos la hemos descafeinado y restado eficacia. Nos hemos tirado los trastos a la cabeza unos y otros. Ha tenido que producirse el asesinato de Miguel Angel Blanco, una circunstancia demoledora que ha removido el sentimiento de toda la sociedad vasca, para que los políticos se apiñen nuevamente y retomen un poco, no sé si con garantía de continuidad, el espíritu de los años iniciales del Pacto.

P. ¿Cuánto va a durar este nuevo giro en la Mesa?

R. Soy bastante escéptico, porque la experiencia nos demuestra que siempre nos olvidamos del momento que ha hecho posible que nos apiñemos de nuevo. Los acuerdos deben hacerse públicos y los desacuerdos deben dejarse pendientes sobre la mesa para limarlos. Pero me siento muy escéptico de que esto vaya a ser así.

P. ¿La estrategia de diálogo con ETA y HB diseñada por el PNV, puesta en práctica en los últimos tiempos, no puede ser calificada ahora de precipitada?

R. Las personas cometemos errores, y nosotros no acertamos siempre. Insisto en que el error no sea una orientación teledirigida a favorecer al violento y que la voluntad sea inequívoca para desterrar la violencia de una vez por todas. ¿Que algunas actuaciones y manifestaciones pueden ser precipitadas? Es posible que esa estrategia de diálogo fuese precipitada, pero es muy fácil juzgar a toro pasado. No se sabe para qué se hicieron algunas manifestaciones, para qué salieron determinados documentos. Yo creo que para conseguir que ésto acabe. ¿Puede uno volver la moviola atrás? No.

P. Pero un pronunciamiento tan claro como el de la dirección de su partido en favor de la negociación con ETA, el pasado 3 de febrero, justo cuando la organización terrorista estaba en plena campaña de atentados, y de intentar incorporar a HB a la Mesa de Ajuria Enea, no fue ni siquiera bien entendido entre la militancia de su partido.

R. El documento se presentó como un texto base que necesitaba ser desarrollado, pormenorizado y matizado. Era sólo una orientación básica.

P. Junto a estas movilizaciones, también se han producido otras que se han convertido, al final, en un A por ellos. Como responsable último de la seguridad en el País Vasco ¿que percepción tiene de estos movimientos?

R. Tengo que reprochar que se haya producido una caza del abertzale, porque yo soy tan abertzale como el primero. Aquí abertzales somos muchos, pero violentos sólo unos pocos. No nos olvidemos que en este 88% que estamos del lado de la barrera democrática también hay agitadores y elementos que tratan de aprovechar la oportunidad del tumulto para salirse de las reglas de juego. Pero quienes estamos a este lado de la barrera y creemos firmemente en la democracia no podemos permitir los desmanes y la brutalidad. Ni hay, ni debe haber, ni puede haber riesgo de enfrentamiento civil porque un 88% jamás puede caer en la provocación de la confrontación con un 12%.

P. En ese contexto ha llegado la prohibición por su Departamento de la manifestación de HB, avalada después por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en una resolución sin precedentes. ¿Es una muestra más de la nueva etapa de aislamiento que ha inaugurado la Mesa de Ajuria Enea?

R. La sociedad está crispada. Está caliente aún la sangre de una persona vilmente asesinada. Presumimos que pudieran producirse enfrentamientos que nosotros debemos evitar. Por eso la hemos prohibido. Creo que con esta medida estoy sirviendo mejor a toda la sociedad; también a ellos aunque no les guste. Y eso no tiene nada que ver con el aislamiento de HB, que debe provenir de las acciones políticas. No es nuestra función.

P. El problema es que hasta el 6 de octubre quedan por delante los acontecimientos que se puedan vivir en las fiestas de los diferentes municipios vascos y la respuesta que pueda dar HB. ¿Podrán garantizar el orden público en el País Vasco?

R. No hay duda de que están en campaña. Sus propios documentos dicen que hay que mantener un verano caliente para ir consiguiendo el ambiente propicio para atemorizar al ciudadano y a los tribunales. Para que nadie se atreva a condenar a los 21 dirigentes de la Mesa Nacional. Si son condenados, no va a pasar absolutamente nada y así probarán las mieles que otros están ya saboreando. El 6 de octubre irán como corderos al Tribunal Supremo, como corderos. Y no dirán yo no reconozco este tribunal, pego cuatro gritos y canto elEusko Gudariak [himno del soldado. vasco] y me salgo de aquí'. Eso para ellos no vale. El jefe es el jefe y el machaca lo que tiene que hacer es cantar el Eusko, Gudariak ante el tribunal para que lo echen de la sala, y si le caen 20 años más no pasa nada porque engrosa las filas de un gran colectivo secuestrado por la propia organización en la cárcel. Pero el jefe tiene que estar entre cámaras de televisión y fotógrafos, dirigiendo la orquesta aquí y organizando la próxima huelga de hambre mientras cena una gran chuleta en una sidrería. La Mesa Nacional de HB ha entrado en la cárcel, algunos menos de 48 horas. Han pagado la fianza porque aquello no les va.

P. Hablando de legalidad, en la última reunión del Pacto de Madrid se apostó por el endurecimiento y por la medidas punitivas contra la violencia callejera y contra los delitos de amenazas y coacciones frente a otro tipo de actuaciones tendentes más hacia la resocialización, como el trabajo en favor de la comunidad.

R. No son medidas alternativas; son medidas en conjunto. Si de algo estamos convencidos es de que ni la policía sola, ni la policía junto a la justicia va a resolver este problema. Lo haremos en la medida que veamos que es necesaria una readaptación de la legislación vigente para, perseguir a los que escurren su responsabilidad aprovechando los recovecos que permite la legislación.

P. ¿No se corre el riesgo de que cuando se impone el discurso del endurecimiento se termine por creer que el que quema una cabina telefónica es también un terrorista?

R. No, no, no. A. la persona que ha roto, no una sino 13 cabinas telefónicas, le llevaremos a los jueces ordinarios. Pero si una investigación policial demuestra que coparticipaba en un grupo organizado estable, siguiendo las estrategias marcadas por la organización, terrorista, será tratado por un tribunal especializado en materia de terrorismo; esto es, por la Audiencia Nacional. ¿Endurecimiento para el que rompa una cabina? No. ¿Para qué? Vamos a establecer las posibilidades para atajar a los que pertenecen a la organización terrorista. ETA mató en 1980 a 124 personas, y en la década de los 80 asesinó de media por encima de los 35 personas al año. El año pasado asesinó a cinco personas, el anterior a 15. Este año llevamos 9. ¿Por qué asesina menos? Porque complementa la labor terrorista con la estrategia de la lucha callejera.

P. En el transfondo de todos los acontecimientos de estos días está la situación de los presos de ETA. La Guardia Civil ha desactivado el chantaje del secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. ¿No sería inteligente, incluso cargaría de razón democrática a Mayor Oreja y a Aznar, tener en cuenta ahora el acuerdo mayoritario del Parlamento vasco en favor del acercamiento de los presos?

R. Yo me he esforzado a lo largo del último año y medio en separar dos cuestiones. Una, el derecho a la libertad de Ortega Lara, sin mezclarlo con otra serie de derechos que asisten a otros ciudadanos de este país. No voy a manifestar públicamente mis discrepancias a este respecto con Mayor Oreja.

P. ¿Tiene miedo Xabier Arzalluz a presentarle como candidato a lehendakari?

R. Eso es muy prematuro y aventurado. Arzalluz, además, nunca ha dicho que Atutxa no vaya a ser el candidato. Nosotros tenemos definidas las líneas para designar candidatos dentro de las propias asambleas municipales, regionales y, finalmente, en la asamblea nacional. Es un proceso largo todavía. La conexión de Juan María Atutxa con su partido y con Xabier Arzalluz es perfecta, desde la discrepancia en algunos aspectos con algunas personas, que además es riqueza. No podemos pensar todos igual, porque esto sería aburrido. Yo no me escapo. No me voy corriendo a casa ni por agotamiento, ni por desmoralización, ni por hartazgo, ni por miedo, ni por nada. Creo que debo irme porque es bueno el recambio después de ocho años. Que en esta casa entre otra persona con otro talante y con un nuevo estilo.

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