La reforma de Lavapiés comienza sin programas sociales para sus problemas de marginación

Lavapiés, el barrio más castizo y a la vez el de mayor mestizaje de la ciudad por ser el hogar de numerosos inmigrantes, recibirá 14.000 millones de las instituciones para cambiar su cara. Pero esta lluvia de billetes para ladrillos dejará seco el aspecto humano. El convenio que hoy firman el Ayuntamiento de Madrid, el Gobierno regional y el Ministerio de Fomento para el arreglo de 4.000 pisos (la mitad de los que lo precisan) la mejora de calles e infraestructuras no ncluye por ahora programas sociales para tajar la marginación que sufren numerosos ancianos, indigentes y familias de la zona.

Lo que hoy se aprueba es la declaración como área de rehabilitación preferente de una zona de Lavapiés (no de todo el barrio) comprendida entre las calles de la Magdalena, Embajadores, ronda de Valencia y Ave María. Un área de 34,5 hectáreas donde viven unos 20.000 vecinos en 11.878 viviendas, el 16% de ellas casuchas que por su tamaño ínfimo, su falta de ventilación y su insalubridad pueden considerarse chabolas verticales. De las 8.314 que precisan reformas (2.969 con grave deterioro), sólo se arreglarán la mitad.El problema es que buena parte de las infraviviendas no serán rehabilitadas porque están en régimen de alquiler de renta antigua y cabe suponer que sus dueños no querrán aportar la mitad del coste de la reparación que deben poner los privados.

Esta pobreza que se esconde en patios de corralas y corredores no la niega nadie. Sobre ella alertan las asociaciones de vecinos y los servicios sociales. Los propios técnicos municipales que rastrearon el barrio para preparar la rehabilitación han esboza do un programa de actuaciones sociales que costaría 4.717 millones de pesetas. Pero, por el momento, ninguna institución ha reservado dinero para este fin. El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, explica que aún no hay presupuesto para este programa planteado por sus propios empleados. "Pero se pondrán en marcha actuaciones de forma paralela a los arreglos", añade.

Un barrio envejecido

Lavapiés es un barrio envejecido con un buen número de ancianos que viven. solos en pésimas condiciones. Hay, además, problemas de fracaso escolar y de paro juvenil. En el último lustro se ha convertido en el vecindario español con mayor concentración de inmigrantes, a menudo en situación irregular, con la marginación que eso lleva consigo. Uno de los mayores retos es conseguir una convivencia armónica entre ellos y los vecinos más veteranos.Tampoco es extraño ver cómo sus plazas y espacios libres sirven de refugio a toxicómanos e indigentes. En general es un barrio que ha perdido actividad económica, aunque van abriéndose comercios regentados por ciudadanos de otros países y por jóvenes.

Los técnicos municipales han propuesto -que se impulse el comercio, la artesanía y las, pequeñas empresas, así como la puesta en marcha de una escuela taller y de un plan formativo para desempleados. Reconocen que el equipamiento educativo del barrio es muy precario, y piden programas de educación compensatoria, una escuela puente (mientras aprenden el idioma) para niños inmigrantes, una escuela de adultos, una biblioteca y un centro de formación profesional.

También ven necesario fomentar los programas deportivos y de tiempo libre para niños y jóvenes, así como la elaboración de un programa de salud comunitaria y la apertura de un centro de atención al toxicómano.

Para los ancianos el Consistorio plantea la apertura de un centro de día y de pisos tutelados. Se aconseja también la creación de un centro de acogida para inmigrantes, un programa de infantil extraescolar y un centro juvenil para fomentar el asociacionismo.

Inversión pública

El convenio que hoy se firma contempla una inversión pública de 6.572 millones (3.302 de Fomento; 1.826 de la Comunidad y 1.444 del Ayuntamiento). Este dinero se destinará a mejorar las infraestructuras (redes de alcantarillado, luz, agua y gas, mobiliario urbano y pavimento) y a ofrecer subvenciones de hasta el 60% para la rehabilitación de 4.000 pisos (los propietarios aportarán otros 4.000 millones). Este año se reformarán 300 viviendas, 1.056 el que viene, 1.350 en 1999 y, 1.294 en el año 2000.Hay otros 2.000 millones de pesetas de la Unión Europea cuyo fin es la mejora medioambiental del barrio con ajardinamientos y la renovación de las redes de riego y alcantarillado. Asimismo, el Consistorio invertirá por su cuenta otros 5.500 millones en el Casino de la Reina, el mercado de San Fernando, la sala Olimpia, la creación de zonas verdes en Lavapiés, 19, y Ministriles, 1, y la mejora de las plazas de Agustín Lara y Cabestreros, además de la conversión en museo de la finca de Carlos Arniches, 3 y 5.

El Casino de la Reina, una antigua dependencia cortesana entre las calles del Casino, Embajadores y ronda de Toledo, se convertirá en zona verde tras el derribo de buena parte de sus edificaciones. Ahora alberga un antiguo asilo de cigarreras, dos colegios, el Instituto Cervantes, unas dependencias universitarias y el Patronato de Biología Animal (habitado y dedicado a centro social por okupas). El asilo se convertirá en un centro de día para ancianos y habrá también un aparcamiento subterráneo para residentes y pistas deportivas.

El mercado de San Fernando, en la calle de Embajadores, será remodelado y modernizado. Todavía está sin decidir si en su última planta se habilitará una instalación deportiva para el barrio.

La sala Olimpia no se derribará, según asegura Del Río, pero sí experimentará una remodelación para ganar espacio en la zona y mejorar sus instalaciones. El ruinoso portalón de Carlos Arniches, 3 y 5, será expropiado (y sus vecinos realojados) para dedicarlo a Museo de Artes Populares con fondos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Asimismo, el Ayuntamiento ha firmado convenios con Iberdrola, Unión Fenosa, Gas Natural, Telefónica y el Canal de Isabel II para que estas compañías renueven sus redes de servicio, ya obsoletas.